La automoción gallega pide ayuda a las administraciones para competir

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28 jul 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

El sector de la automoción de Galicia reclama la colaboración «solidaria» entre las iniciativas privadas y las administraciones estatales, autonómicas y locales para garantizar la competitividad y frenar la «deslocalización» de proveedores y fabricantes hacia otros países. Según un comunicado del Clúster del Automóvil de Galicia (Ceaga), esta petición se les expresó a los representantes socialistas de la Comisión de Industria del Congreso, que durante dos días realizan visitas por los puntos más significativos de la industria del automóvil gallega, por lo que ayer acudieron a las instalaciones de la planta viguesa de PSA-Citroen. A pesar de esta «alarma», el modelo de gestión de la industria de la automoción en Galicia supone hoy en día un referente en la lucha contra el «fantasma de la deslocalización», ante la aparición reciente de grandes competidores mundiales, como China, los países del Mercosur y los del este de la UE. Los resultados y datos aportados por las empresas integradas en Ceaga y los grandes centros como Citröen indican que el desarrollo de la industria de la automoción gallega en los últimos cinco años «es un referente», que analizarán los diputados socialistas Manel Mas, Ana María Pacheco y Luis Tomás. Durante 2003, el sector de automoción de Galicia mantuvo la tendencia de crecimiento que ha presentado en los últimos años, con un incremento del empleo y la facturación, al mismo tiempo que se consolidó su tejido productivo con nuevas industrias y el aumento en la inversión en I+D+i. Riesgos de deslocalización Estos datos demuestran que «la deslocalización» todavía no ha hecho mella en la industria gallega, a diferencia de lo que ya ha sucedido en otras zonas de España, donde ya es una «amenaza real», según explican en Ceaga. Una de las estrategias programadas por las empresas gallegas para combatir este fenómeno es, como señaló ayer el director de PSA-Citröen en Vigo, Javier Riera «ir contracorriente» y apostar por proveedores en las zonas próximas «a nuestras fábricas».