Ciudades similares a Vigo sólo permiten construir torres simbólicas

VIGO

M. MORALEJO

Varias urbes españolas combaten volúmenes exagerados Gijón y Valladolid han encargado proyectos singulares a los arquitectos Foster y Bofill

15 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Gijón, Córdoba, Murcia, Valladolid, Alicante. Se trata de algunas de las ciudades con características similares a las de Vigo. En ninguno de los casos la altura máxima permitida en la edificación supera las quince alturas, salvo que se trate de un edificio singular aislado que pueda llegar a alzarse como referente de la ciudad. Es el caso de Gijón, con una población muy similar a la de Vigo (278.603 habitantes). El máximo de edificabilidad permitido en esta localidad asturiana es de quince alturas, algo que por otra parte no es muy habitual en su horizonte. Como excepción, en la actualidad se contempla un proyecto que, además de suprimir las barreras de Renfe y de soterrar las vías del tren, incluiría la construcción de un rascacielos de cincuenta plantas de cuya construcción se encargaría al prestigioso arquitecto Norman Foster y que se convertiría en el referente de Gijón. Nada que ver con la idea que el nuevo plan general de urbanismo reserva para Vigo y que pasa por la construcción indiscriminada de grandes edificios de hasta treinta plantas en 37 zonas de la ciudad. Restricciones Otro caso similar al de Gijón se da en Valladolid (325.000 habitantes) donde el máximo de alturas permitidas es de once. La normativa ha restringido la construcción vertical para impedir la construcción de torres como la existente de 24 plantas, levantada en los años setenta. En la actualidad la única excepción de la ciudad del Pisuerga la constituye un proyecto del arquitecto Bofill que incluye la construcción de dos torres sobre los terrenos que liberará Renfe. No obstante, este plan especial está pendiente de recibir el visto bueno. Hasta ahora las torres construidas en Vigo constituyen ejemplos aislados. Es el caso del Hospital Xeral, las torres Ifer (sobre las que pesa una sentencia con orden de derribo), y la existente en la isla de Toralla, tal vez la más rechazada por los ciudadanos. Las torres previstas en el nuevo plan general son el principal escollo a la hora de lograr el consenso de los distintos grupos políticos. En concreto, tal edificabilidad es aceptada por los grupos municipales del PP y BNG, mientras que el PSOE se opone. Sin embargo, las torres no son el único problema que separa a los políticos locales. A la barrera anterior se vienen a sumar otras como las alturas (hasta siete) que se pretenden autorizar en zonas de la periferia de Vigo que hasta ahora sólo acogían viviendas unifamiliares de dos plantas. Ambos planteamientos ponen en peligro el consenso para la aprobación del plan general de urbanismo, cuyo debate se ha aplazado hasta depués de las elecciones generales, para que no interfiera.