«Peritos» homenajea a sus benefactores en su primer centenario y reclama al rector la medalla de oro Tal día como ayer hace cien años se creaba, a través de un real decreto de la madre de Alfonso XIII, la Escuela de Artes e Industrias de Vigo, hoy Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial, también conocida como «Peritos». El aniversario de este centro, embrión de la Universidad de Vigo, convocó a autoridades académicas, políticas y sociales y sirvió de excusa para homenajear a algunos de sus benefactores y para que la escuela reclamase la medalla de oro de la Universidad. También ayer la institución académica celebró la fiesta de su patrón, en la que el científico Pedro Etxenike reivindicó «la utilidad de la ciencia inútil».
25 ene 2001 . Actualizado a las 06:00 h.El salón de actos de «Peritos», que acogió durante años la popular fiesta del Destornillo, fue escenario del primer acto académico y festivo de la jornada. Unas palabras del rector, Domingo Docampo, y del director de la escuela, José Luis González Cespón, precedieron la conferencia del cronista de la ciudad, Bernardo Vázquez Gil, que hizo un bosquejo del Vigo de 1901 y de su floreciente industria, que justificaba la creación de un centro de enseñanzas industriales. El profesor Manuel Alonso Macías se encargó de presentar a los homenajeados: Xaime Isla Couto, que fue docente de la escuela «y uno de los miembros que más contribuyó al prestigio de su claustro»; Jaime de Oya, sucesor de García Barbón, que donó el edificio donde se ubicó inicialmente «Peritos» -que hoy es Universidad Popular- y el alcalde vigués, Lois Pérez Castrillo, que recogió la placa honorífica en representación del Concello, que donó los terrenos de la actual escuela. Manuel Alonso Ma~~cías aprovechó también para reclamar al rector la medalla de oro de la Universidad para su «centro más antiguo». Por su parte, Docampo abogó por convertir todas las ingenierías técnicas «nun título común de enxeñería» y las superiores, en un postgrado. El conselleiro de Educación, Celso Currás, casi repitió el discurso que leyó el mes pasado el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, cuando recibió la medalla de oro de la Universidad.