Sullastres: «Pensé en dejar el fútbol. No me renovaron tras lesionarme y me fui al paro»

Iván Antelo A CORUÑA

DÉPOR FEMENINO

CEDIDA

La portera agradece al Dépor la confianza: «Ahora decidí devolverles la apuesta»

16 feb 2020 . Actualizado a las 20:34 h.

En la víspera de visitar este domingo (18.30 horas, Gol) al Rayo, el Deportivo anunció la renovación de Esther Sullastres (Torroella de Montgrí, 1993). Una portera que sabe como pocas lo que vale firmar ese convenio colectivo que todavía le niegan a las jugadores. Una grave lesión de rodilla la dejó en el paro y casi la retira del fútbol. Ahora, renace de sus cenizas vestida de blanco y azul, al menos hasta el 2022.

-Recién renovada.

-Sí. Al final el Deportivo fue quien apostó por mí cuando estaba lesionada, en un momento en el que parecía que la gente se había olvidado de mí, y eso me marcó. Así que he decidido devolver la apuesta. Aquí estoy bien, está siendo un buen año, la temporada es espectacular y quiero creer que hay un proyecto muy bonito por delante.

-Está manteniendo una bonita rivalidad con Misa por ser la portera titular.

-El entrenador ha tomado la decisión de rotar y el punto positivo de eso es que nos tiene a las dos enchufadísimas. Las dos queremos jugar.

-¿Le gustaría que ella renovara también?

-Bueno, a mí lo que me gustaría es que se mantenga una rivalidad sana, sea con Misa o con cualquier otra compañera. Eso nos hace mejores a las dos y que suba el nivel.

-Hace unas semanas se cumplieron dos años de su grave lesión de rodilla.

-Sí, me lesioné el 28 de enero del 2018. Fue un tiempo de incertidumbre en el que no sabía qué iba a hacer con mi vida. Si iba a dejar el fútbol... De hecho, por momentos estaba más por esa idea. Pensé en dejar el fútbol porque de repente me dejaron de llegar ofertas y las que había se esfumaron. También es entendible en el papel de los clubes. El deporte de élite es así. No sabían si volvería bien. Había muchas dudas a mi alrededor, pero al final todo salió bien. Hice una apuesta, a todo o nada, me vine aquí y creo que está saliendo bien.

-¿Cómo le afectó la lesión económicamente al no haber convenio?

-Se juntó todo. La lesión con el descenso del equipo [el Zaragoza]. El club decidió no prolongar mi contrato y quedé libre. Mientras estaba de baja, con contrato , cobraba de la mutua por accidente laboral; pero en cuanto me dieron el alta pasé directamente al paro. Precisamente esta es una de las cosas por las que luchamos la jugadoras con la firma del convenio colectivo. Si te lesionas haciendo tu trabajo no puede ser que te veas en este tipo de situación.

-Se supone que esto ya no pasará cuando se firme el convenio.

-Claro. Es que no es solo el sueldo mínimo, que además está por debajo del mínimo interprofesional. No es solo dinero. Necesitamos estar cubiertas en caso de lesión y mil cosas más, como regular que no existan las cláusulas antiembarazo. Es decir, tener un convenio que regule este trabajo, que no lo hay porque es desde hace muy poco que el fútbol femenino se considera una profesión. No podemos exigir el convenio de los chicos, es otro mundo a nivel económico, pero somos conscientes de que aunque tiene que ir por otro lado, tiene que estar regulado.

-¿Cómo fue lo de recuperarse sin equipo?

-Yo iba de lunes a viernes a una mutua de accidentes y tenía 20 minutos de fisioterapia al día. Pero es superdiferente. No es lo mismo que estar en una estructura profesional y tener tratamientos largos y dos por día. Yo al final estaba con fisioterapeutas que no estaban dedicados al deporte y por tanto no tuve una readaptación deportiva. A mí tardaron dos meses en operarme porque los médicos quisieron seguir un curso natural, que no tiene nada que ver con el deportivo. Querían que primero se me curara bien la rodilla, ganar movilidad, fuerza y luego me metieron en el quirófano. Eso no es lo normal en un club deportivo profesional. Así que todo fue mucho más prolongado. A los fisios les estoy muy agradecida, pero no eran conocedores de una readaptación deportiva. Cuando vine a A Coruña los doctores vieron que me faltaba muchísimo trabajo por hacer. Fuerza muscular, entrenamientos neurofuncionales... De todo. Al final estuve un año y siete meses fuera.

-Hasta que la llamó Pablo Pereiro.

-Sí [se ríe]. Yo me operé a finales de marzo y en pretemporada no me salió nada. Así que en septiembre organicé mi vida. Recibí una llamada del Deportivo, que estaban interesados, y fui a A Coruña a que me vieran. Ya habían pasado seis meses, pero yo no estaba psicológicamente bien y físicamente tampoco estaba como debería estar. No me veía preparada . Yo también estaba estudiando. ¿Perder un año académico por algo que quizás no saliera bien? Tenía mucha incertidumbre y al final decidí no fichar. En ese momento pensé que quizás había dejado pasar un tren. Unos meses después [febrero del 2019] recibí otra llamada de Pereiro. El tren volvió a pasar y ya quedamos. Fui otra vez, ya me sentía mejor y decidí tomar la decisión de venir para esta temporada.

-¿Cómo fueron sus inicios en el fútbol?

-Tenía 9 años. Mi pueblo es Torroella de Montgrí (Gerona) y allí teníamos un equipo femenino, el Estartit. Un club importante en Cataluña porque incluso estaba en Superliga [la antigua Primera División]. Se codeaba con todos los grandes, a pesar de contar con únicamente tres mil habitantes. Empecé con ellas. El primer entrenamiento lo hice como jugadora, pero ya en el segundo vi que me gustaba más ser portera. Fui subiendo de categoría hasta que con 13-14 años me pasaron a entrenar con el primer equipo, alternando con las cadetes. Debuté con 15 y ya seguí hasta los 19, que descendimos de categoría y yo fiché por el Barça.

-¿Cómos e asimila lo de debutar en Primera con 15 años?

-Y además fueron 90 minutos. El partido completo. Soy consciente de que fue forzado, porque las dos porteras no estaban disponibles y me tocó a mí. Recuerdo estar con muchísimas ganas. Fue en Valencia contra el Colegio Alemán [actual Valencia] y perdimos 2-0. Pero estuve tranquila y creo que no canté mucho [se ríe].

-Y del Estartit al Barça en el año 2012.

-Sí, acababan de ganar la Liga y eso me permitió jugar la Champions. Aquella temporada que estuve con ellos ganamos la Liga, la Copa y la Copa Cataluña. El triplete. No era el Barça profesional de ahora, pero estuvo bien. Ganamos títulos y me aportó muchísimo aprendizaje y crecimiento personal. En esa época no se podía vivir del fútbol y opté más por la académico. Estoy estudiando veterinaria y en Barcelona no entré por nota. En Zaragoza sí que entraba y fue cuando decidí fichar allí. Casi todos mis movimientos deportivos han ido siempre acompañados de los académicos. En esa época no se podía vivir del fútbol. Te daba para pagar el alquiler y poco más.

-Este año en la Copa le tocó jugar contra un ex, el Valencia, y ahora contra otro, el Barça.

-Sí [se ríe]. Será un partido diferente al de Liga. Entonces perdimos 6-1, pero porque había bastantes bajas. Era una semana complicada, en la que nos había pillado las paperas. Había jugadoras recién salidas del proceso viral y otras que estaban entrando. No es una excusa, pero creo que ahora estamos mejor. Será muy difícil, obviamente, pero hay que ir con la mentalidad de que se puede.