Carolina Arbeláez: «Yo no quería jugar con muñecas, yo les quitaba la cabeza para patearla y hacer gol»

Iván Antelo A CORUÑA

DÉPOR FEMENINO

Ángel Manso

El nuevo fichaje del Deportivo femenino vive pegada a un balón y siendo niña imitaba todos los regates de Ronaldinho: «Lloraba si no me salían»

19 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Había una vez una niña que quería ser Ronaldinho. A ella no le gustaba jugar con muñecas, como a sus hermanas. Siempre iba con el balón pegado a sus pies. Sin importarle lo que de ella dijesen, solo por el hecho de participar de un mundo que decían ser de hombres. Aquella niña creció. Hoy es profesional y tiene un manejo de balón que ya quisieran para sí muchos de sus homónimos masculinos. Carolina Arbeláez debuta hoy (18.30 horas, Gol) en Abegondo con el Deportivo, recibiendo al Betis..

-¿Cómo lleva sus primeros días en A Coruña?

-Lo primero, es agradecer a toda la gente del club por el trato excepcional que me están brindando. El cambio climático es grande. Vengo de Medellín, la ciudad de la eterna primavera, y aquí está lloviendo mucho y hace frío. Pero estoy feliz , muy sorprendida por la gran infraestructura que tiene este club. Espero dar mi máximo potencial y ayudar al equipo a ganar. Es un honor estar en el Dépor, pero también una responsabilidad.

-Viene con otra compatriota, Lorena Bedoya, y aquí se han encontrado a tres venezolanas, con las que ya se enfrentó.

-Sí. El recibimiento de todas está siendo muy bueno. Con Kika y con Gaby ya había tenido la oportunidad de enfrentarme cuando estábamos en las selecciones sub-17 y sub-20. Son jugadoras con unas capacidades técnicas impresionantes y lo han venido demostrando en una liga española que está creciendo mucho.

-Bueno, pero la liga de Colombia también tiene nivel y hay talento.

-Sí, pero allí todavía nos falta concienciarnos de que el fútbol femenino es también profesional. Las jugadoras estamos muy motivadas, pero necesitamos mayor apoyo de los dirigentes y de las empresas privadas. Las ligas duran dos o tres meses y eso desanima bastante. Los clubes no te contratan por todo el tiempo. Te contratan eso, dos o tres meses y luego... ¿Qué hago? Eso es bastante lamentable para todas las jugadoras jóvenes que amamos el fútbol desde muy pequeñas. Es un mal del que se ve afectado la liga profesional de mi país y espero que todo se solucione.

-¿Qué espera de su salto a Europa?

-Estoy viviendo un sueño hecho realidad. Desde niña siempre había tenido expectativas que iba cumpliendo. Jugar con la selección de Colombia, luego irme fuera de mi país para ser campeona nacional universitaria en Estados Unidos y siempre quieres más. Ahora tengo la oportunidad de ser profesional en una de las ligas más fuertes del mundo. El año pasado le hice una visita a una compañera de selección que está en el Valencia, Natalia Gaitán, y con ella tuve la oportunidad de ver en directo un partido de la liga española. Vi que el nivel era muy fuerte y desde ese momento tenía en mente venir y hacer mi sueño realidad.

-Usted es polivalente pero, ¿en qué posición se siente más cómoda?

-En el centro del campo, con libertad. Me gusta mucho tener la pelota y asumir esa responsabilidad. Con la selección de Colombia tuve la oportunidad de jugar varios partidos contra Estados Unidos de lateral derecha, pero era más una cuestión de tapar la salida de las rivales por banda ya que eran muy fuertes y muy rápidas. Pero si tengo que decir una posición favorita es ahí, en el centro.

-¿Cómo y cuándo comenzó a jugar al fútbol?

-Desde muy chiquitita. Tengo dos hermanas, pero yo sentía que no quería jugar con muñecas. Yo les quitaba la cabeza para poder patearlas y hacer gol. Desde muy niña el fútbol me llenó de pasión y de alegría. Al principio mi mamá no quería que jugara porque decía que era un deporte de contacto, más masculino, por decirlo así, pero luego se dio cuenta de que tenía un don muy bonito que dios me había regalado y que podía pulir con entrenamiento. Pronto se sentí su apoyo incondicional y ahora están todos muy felices de que yo esté aquí. Muy al principio jugaba en equipos mixtos en Colombia porque no había niñas suficientes y eso en cierto modo me ayudó a mejorar. Nos ayuda a pensar más rápido para hacerles frente. A veces escuchaba comentarios que no eran bonitos solo por jugar siendo niña, pero a palabras necias oídos sordos. Ahora muchas de esas personas que no creían tanto en mí son las primeras que me mandan mensajes de felicitación o deseos de éxitos. Un poco contradictorio, pero... Cosas que pasan...

-Desde muy joven le llegaron los éxitos. Ya ha jugado un Mundial y unos Juegos Olímpicos.

-Con 16 años me convocaron para la selección colombiana sub-17. Mi primer torneo fue un Sudamericano, una experiencia muy bonita... Sentir que aportas a tu país, escuchar el himno... Se te infla el pecho del honor. En el 2012 pude jugar el primer Mundial sub-17 y luego pasé a la sub-20, con quien participé en el Sudamericano de Uruguay, y luego la sub-21, con quien nos proclamamos campeones de los Juegos Bolivarianos. En el 2014 me llamó por primera vez la absoluta para disputar la Copa América y logramos el pase para el Mundial de Canadá 2015 y Río 2016. Estar en los Juegos Olímpicos es lo más. Un sueño poder estar con los mejores atletas del mundo. La siguiente competición importante será la Copa América, pero para eso falta tiempo aún. Yo sé que en este club voy a crecer como jugadora, por cómo se entrena de bien y por la infraestructura que hay. Me van a ayudar a estar todavía en mejores condiciones. 

 -Carolina Arbeláez también es famoso por dominar como pocos el «freestyle». Tiene muchos vídeos donde demuestra sus habilidades con balón.

-[Risas]. Como dije, es un amor desde muy niña. Al principio estaba muy sola jugando. El balón era mi compañero. Cuando mi mamá me mandaba ir a recoger o a lavar los platos, yo lo hacía siempre conduciendo mi pelota. Y claro, a veces se enojaba conmigo porque me lo olvidaba en algún sitio inoportuno y ella casi que se podía caer por mi culpa, por dejarlo allí... Recibía regaño tras regaño, pero también me hizo que a día de hoy sea una jugadora que conduce bien el balón. Amo el «freestyle». Siempre voy con mi pelota a todos los lados. Incluso me traje una desde Medellín, sabiendo que aquí iba a disponer de muchas. Pero es que lo llevo siempre conmigo porque me encanta dominarlo, hacer que no caiga al suelo... Una de mis pasiones desde niña era ver los vídeos que hacía Ronaldinho de «Jogo Bonito». Yo quería imitarlo. Las jugadas que él hacía, las veía en Youtube y no paraba de repetirlas hasta que no me salieran. Hasta lloraba si no me salían. Ahora hago yo los vídeos y los pongo en mis redes sociales. Pero son muy caseros. No me gustan editarlos ni nada para que se me vea realmente lo que me gusta hacer. En Estados Unidos, mientras esperaba por un balón que se nos marchó lejos, me vino otro de fútbol americano y me puse también a dominarlo. Lo logré, le di muchos toques. En otra ocasión también lo hice con uno de rugbi... Me di cuenta de que podía dominar cualquier cosa con los pies, no solo pelotas de fútbol. Incluso tengo un vídeo muy gracioso dándole más de treinta toques a un rollo de papel higiénico [se ríe].

 -Tanto Lorena como usted también son internacionales de fútbol sala.

-Ella es muy muy buena al fútbol sala. Desde muy pequeña lo practica. Yo también lo juego desde niña. Me dicen que en España aquí eso no se hace. Que una cosa es fútbol once y otra fútbol sala, pero en Colombia por la falta de competiciones jugamos ambas para mantenernos activas. Ahora venimos precisamente de jugar la Copa América de Paraguay. Fuimos terceras.