El capitán sale al rescate

CANTERA

Ángel Manso

Álvaro Queijeiro selló el ascenso del Fabril con un gol, tras un mes inactivo por una luxación de hombro

29 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Si algún día hay que forzar es en la vuelta. Por plazos no llegaría, pero a ver si con una protección puedo ir para delante. Esta semana [hace dos] empecé a hacer carrera continua pero el problema está en los choques. Si se me vuelve a salir, habría que operar y estaríamos hablando de cuatro meses más de baja». Como si fuera una premonición, Álvaro Queijeiro se manifestaba de esta forma en La Voz, hace dos semanas, antes del partido de Cáceres. En el momento más difícil del encuentro, con el conjunto extremeño colgando balones y los nervios atenazando al Fabril, el capitán salió al rescate para poner temple en el medio del campo y marcar el gol de la tranquilidad que, a la postre, valió un ascenso a Segunda División B que los blanquiazules llevaban buscando seis años.

Un ascenso que para el coruñés supone «una liberación por todo el año y todo lo que llevábamos trabajando. Una recompensa a la labor de todo el equipo». Porque si algo tiene el capitán fabrilista es pensamiento grupal y sentimiento blanquiazul. Por eso, no dudó en arriesgar con el hombro todavía tocado en el último partido. No le importó acabar contrato y no saber nada de su futuro. «Era el momento de arriesgar», no se cansa de repetir. Porque para él, el Dépor es su casa, esa en la que se crio desde los diez años y de la que solo se alejó durante breves períodos al irse cedido. Como el año pasado, que actuó en el Pontevedra. Y tras cuajar una buena temporada no dudó en regresar para reforzar a un Fabril que necesitaba el ascenso. Hizo la pretemporada con el Deportivo. Incluso viajó a Uruguay. Pero siempre sabiendo que su destino estaba en el Fabril con el claro objetivo logrado ayer.

Ahora, a sus 24 años, disfruta de un ascenso que se la había negado en tantas ocasiones. Lo hace como capitán. Como referente de un equipo que ayer «tenía muchas ganas de hacerlo todo perfecto» y que durante todo el año «mereció este premio».

Jugó convencido y solo mostró precaución cuando, tras el gol, vivió la explosión de júbilo de todos sus compañeros: «Reaccioné rápido y me pegué el brazo al cuerpo para evitar cualquier movimiento que me pudiera perjudicar», bromeaba al final del duelo, enfundado en una camiseta azul, que por delante lucía el lema «Fabril Campión 16/17» y por detrás «Adeus a 3ª» con el listado de nombres de todos los futbolistas de la plantilla.