Siempre preparado, como Hugo Rama

Jesús López

TORRE DE MARATHÓN

Hugo Rama, durante el Teresa Herrera del pasado verano
Hugo Rama, durante el Teresa Herrera del pasado verano César Quian

04 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

17 de noviembre del 2024. Probablemente esa fecha no te diga nada. Se trata del último día en que Hugo Rama se puso la camiseta del Deportivo en un partido oficial.

Hay un dicho que establece que las oportunidades no se anuncian, simplemente llegan. Y cuando lo hacen, solo hay dos tipos de personas: aquellas que están listas para aprovecharlas y aquellas que no lo están. Hugo Rama llevaba casi cuatro meses viendo los partidos desde el banquillo, entrenando cada día sin la certeza de si su esfuerzo tendría recompensa. Y entonces, de repente, el fútbol le puso delante un escenario casi de guion cinematográfico: reaparecer en el Carlos Tartiere, contra su exequipo, en un partido clave.

Le tocó saltar al campo en el minuto 87, sin tiempo para acomodarse ni para calibrar sensaciones. Y en la jugada decisiva, ahí estuvo. No marcó el gol, pero fue quien inició la acción que llevó a la victoria, con su pase a Ximo Navarro. El nombre del mediapunta de Oroso no aparecerá en la lista de goleadores; pero, sin él, esa jugada nunca habría existido.

Es curioso cómo funciona el fútbol, y la vida en general. A veces, pasas meses en la sombra, sin que nadie repare en ti, sin recibir la oportunidad que crees merecer. Y cuando menos te lo esperas, el momento llega. En ese instante no hay margen para excusas, solo cuenta todo lo que hiciste antes, en silencio, cuando nadie miraba.

Porque en realidad, esto no va únicamente de fútbol. Nos pasa a todos. En el trabajo, en las relaciones, en cualquier ámbito de la vida. Hay muchos días en los que parece que nada avanza, que el esfuerzo no merece recompensa. Pero si sigues preparándote, si no abandonas la exigencia, antes o después esa constancia tendrá su eco.

Seguramente, bastantes de los que lean este artículo pensarán que las casualidades existen y que la suerte fue la que hizo el trabajo el domingo. Personalmente, yo prefiero quedarme con que Hugo Rama bien podría haberse rendido, bajar los brazos, asumir que su temporada estaba condenada a ser irrelevante y dedicarse a pensar en el futuro. Pero no lo hizo. Y cuando el Deportivo le necesitó, respondió.

Para mí, ese tanto en el descuento, el de la victoria frente al Oviedo, es un recordatorio de que nunca sabes cuándo va a llegar la ansiada oportunidad. Lo único que puedes controlar es el compromiso con tu propio trabajo. Y cuando llegue el día, cuando por fin dispongas de ese instante, todo lo que hayas hecho antes hablará por ti.