
Con la jornada aplazada entre semana en Tenerife, en donde el Deportivo rescató un punto, Óscar Gilsanz propuso cuatro cambios con respecto a ese encuentro. Y aquí me gustaría hacer un inciso: he tenido el placer de ver el escandaloso gol de Kevin con el Fabril esta mañana: solo imaginarlo contrasta con lo que vemos en el primer equipo. Tras anunciar la alineación, me parecen lógicas las entradas de Barbero-Obrador y la reaparición (por fin) de Barcia. Inexplicable me parece, salvo cuestiones médicas, la ausencia de David Mella, el segundo jugador del equipo con más goles y ocasiones generadas. Si alguno debe rotar, no es quien marca las diferencias.
Entrando al partido propiamente, el técnico betanceiro continuó con el 1-4-3-3 asimétrico, más ataque directo de lo que acostumbra sin renunciar al plan establecido en los anteriores partidos: salida con Jose Ángel incrustado entre centrales, carriles laterales en profundidad para Ximo-Obrador y acumulando hasta cinco jugadores en el central. Todo ello condicionado por un campo siempre difícil, en el que los duelos, centros laterales y balón parado son clave. El plan funcionaba, tal y como lo hizo en Tenerife hace unos días, añadiendo la eficacia, que apareció en las botas de Ximo Navarro. Quedaba por ver si, ante una más que posible reacción armera, el banquillo del Deportivo ajustaría esta vez.
El Depor intentó desplegarse adelantando nuevamente la presión, pues el cuadro eibarrés hundía las líneas blanquiazules a base de llevar el balón a los perfiles, sacar centros laterales y saques de esquina. La defensa en bloque bajo y la orientación en las marcas serían, hoy más que nunca, fundamentales. Igual de importante sería la templanza, a la hora de pausar la posesión, evitando un partido de ida y vuelta que, a priori, siempre beneficia al equipo que va por debajo en el marcador.
A pesar de la insistencia de los locales, el Deportivo estaba dispuesto a cerrar el partido terminando en bloque bajo con un sistema 1-4-5-1 los últimos 15 minutos, y así fue. Mención especial para el 86% de acierto en el pase de Daniel Barcia Rama, que “quizá” ayudó para mejorar notablemente los inicios de juego deportivistas.