Mario Soriano decidió el partido contra su exequipo, sobre la bocina, con un fenomenal trallazo desde fuera del área que se coló por la escuadra
11 nov 2024 . Actualizado a las 23:44 h.No estaba siendo su mejor temporada. Llamado a ser una de las estrellas del proyecto, llegó a perder incluso la titularidad tras quedarse sin sitio a la espalda del delantero. Mella, Yeremay y Lucas Pérez lo abocaron a una forzosa reconversión, que se ganó también gracias al infortunio de las lesiones de los mediocentros Jose Ángel y Mfulu.
Y en esas aterrizó en A Coruña el Eibar, el equipo con el que rozó el ascenso a Primera hace solo unos meses y con el que brilló sobremanera. Y Mario Soriano, el Joker del Deportivo, resurgió de su particular infierno. Lo había intentado en la primera parte con un zurdazo falto de potencia; pero se redimió casi sobre la bocina con un misil que desató la locura en Riazor.
El colegiado había decretado solo tres minutos de añadido en una segunda mitad en la que los armeros quizás habían sido superiores, El reloj pasaba del 91, cuando el Dépor forzó un córner celebrado por el templo blanquiazul como medio gol. Lucas se dirigió a esa esquina que une Tribuna con Marathón, mientras Soriano recibía órdenes desde el banquillo. Quizás eso hizo que el madrileño se quedara sin una marca definida. Jugó al despiste y ganó. Lucas conectó en corto con Yeremay, y el canario atrajo varias marcas al recibir el balón, lo que aprovechó para ceder al Joker, solo, que disparó con toda su furia desde fuera del área a la escuadra contraria. Un golazo de los que hacía tiempo que no se celebraban en Riazor.
Trece jornadas tardó el Deportivo en marcar su primer gol en una acción a balón parado. Fue llegar Gilsanz y el Deportivo lleva dos partidos seguidos marcando de esa manera.
Anoche, el cuadro coruñés había vuelto a estar desacertado en la finalización. En la primera mitad, malogró varias acciones claras, como el mano a mano de Mella que salvó el meta visitante de forma milagrosa. Sin embargo, se llevó el partido en la segunda, en donde quizás había sido inferior a su rival. Lo hizo sin Mella, que pidió el cambio exhausto; y con un Yeremay también muy fatigado. El que decidió fue Soriano. El Joker salió de las tinieblas.