A Coruña se engalana por el Deportivo entre la euforia y la prudencia
TORRE DE MARATHÓN
«Tocar, toca ascender, pero el equipo ya nos tiene acostumbrados», dicen los más pesimistas
10 may 2024 . Actualizado a las 17:54 h.Nerviosismo e ilusión —y sobre todo mucho blanco y azul— han tomado A Coruña. La afición del Deportivo cuenta las horas con inquietud. El reloj avanza lento para aquellos que visitarán Riazor o verán este domingo el encuentro de su equipo contra el Barcelona B (19.00 horas, TVG). Las cuentas las tienen muy claras. Están a 90 minutos y tres puntos de volver a Segunda División. De volver al fútbol profesional.
No son pocos los coruñeses que recurren a la ya histórica frase de Arsenio Iglesias para hacer un llamamiento a la tranquilidad en lugar de tanta euforia: «Cuidado con la fiesta, que nos la quitan de los fuciños». No es para menos. Los mazazos, primero en Son Moix en el 2019, y después contra el Albacete en el 2022 y el Castellón en el 2023, siguen guardados en las retinas de una afición incansable. Y los menos optimistas no pueden olvidarse de ellos estos últimos días. «Tocar, toca ascender. Pero el Dépor ya nos tiene acostumbrados...», comenta una de las pescaderas de la Plaza de Lugo. El mercado, decorado solo con globos, banderas y bufandas, se engalanará todavía más hoy con un plan que no pueden desvelar.
Los más supersticiosos piden mucha prudencia. «El ascenso está más que asegurado, pero que sea este domingo, ya discrepo más... No tengo confianza total. En el local no tengo nada que se vea del Deportivo por las meigas. Pero eso sí, yo lo llevo muy dentro», subraya el que fue regente del Olímpico, en la Calle de la Torre.
Y, frente a toda esa desmoralización, surgen otras voces mucho más convencidas y que, sin duda, recurren a la misma expresión: «Desta vai!». «Hay que quitar ese pesimismo y preocupación de que a ver si perdemos otra vez. Hay que ser positivos. Es un partido que hay que jugar y que, sobre todo, hay que ganar. Eso lo saben los jugadores mejor que los aficionados», comenta Juan Agrelo. Vendedor de tela de rayas blancas y azules en el centro de A Coruña, ha vuelto a triunfar un año más entre la afición, que ha acudido en masa a hacerse con una bandera para decorar sus ventanas, dando un toque de color a la ciudad. Pero si hay algo claro es que todos los coruñeses ansían, después de tantos años en el foso, una alegría y volver a juntarse en Cuatro Caminos para dejarse la voz celebrando.
El equipo, en segundo plano
Dentro del Deportivo la palabra ascenso se ha convertido en un completo tabú. Si bien el contacto con los medios de comunicación había convivido con la buena racha del equipo estos meses, a lo largo de esta semana la plantilla del primer equipo redujo, en buena medida, su exposición mediática para aislarse de la euforia de un gran sector de la afición y centrarse únicamente en el partido y no en sus consecuencias.