El mensaje de la familia de Arsenio Iglesias al deportivismo: «Llorasteis junto a nosotros porque con él se va también un pedazo de vuestra vida»

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

«Era una persona tímida que nunca entendió el tremendo impacto que tenía en las vidas ajenas. 'No hice nada para merecer tanto', repetía», escriben en una carta enviada unos días después de la muerte del histórico entrenador del Deportivo, quien fue artífice del Superdépor

09 may 2023 . Actualizado a las 11:22 h.

El 5 de mayo ha quedado marcado para siempre para todo el deportivismo. El fallecimiento de Arsenio Iglesias tiñó de negro todos los corazones blanquiazules. Muestra de ello fue cómo se volcó la ciudad para despedir a una leyenda del Deportivo. Un hombre que dejó huella a todos y cada uno de los aficionados. Y todo ese cariño lo notó la familia Iglesias Vázquez, que ha querido agradecer las muestras de estos últimos días.

Mostraron su profundo agradecimiento al Deportivo, al Real Madrid, así como al Celta, cuya representación en la capilla ardiente fue muy multitudinaria. Pero, sobre todo, escribieron palabras sinceras: «Por encima de todo, gracias a la gente. Al pie de esta carta tendría que figurar el nombre y el apellido de cada uno de vosotros, el de las miles de personas que hicisteis cola, bajo la lluvia o el sol, de noche y de día. Pero no es posible: entre otras razones, porque en la mayoría de los casos los desconocemos. Pero sí que sabemos que sentíais que él era también un poco vuestro abuelo, vuestro padre o vuestro hermano mayor. Sabemos que llorasteis junto a nosotros porque con nuestro padre se va también un pedazo de vuestra vida, muchos momentos, buenos y no tan buenos, pero en todo caso inolvidables. Os vimos pasar con bebés en brazos o en carritos. Os vimos, niños y niñas, madres y padres, jóvenes y ancianos, «nenos descamisados» y señores encorbatados. En vuestros ojos vimos que muchos ya veníais llorados de casa. Ante aquel sentido desfile, pensamos que quizá papá estaba equivocado y posiblemente sí habría hecho algo bueno. Para nosotros era un referente moral; que lo sea también para todos vosotros nos conmueve en lo más hondo».

Además, también agradeció al Concello de A Coruña por conseguir «que la capilla ardiente pudiese realizarse en el sitio más adecuado, el estadio municipal de Riazor».

«Siempre recordaremos la salida del féretro de Riazor. Cientos de personas aplaudiendo y coreando el nombre de nuestro padre. Nuestra madre, la más tranquila de todos, repetía: '¡A que liou paíño!'. Es algo que recordaremos toda la vida. Qué orgullo de padre. Qué orgullo de afición.», escribe la familia de O Bruxo en su carta.

Y, como colofón final, relatan cómo sucedió algo propio de una escena de película, «como aquel incendio que quemó el meigallo». «Llegamos al cementerio de Arteixo con día despejado y, en el momento de abrir el nicho, comenzó a caer un auténtico diluvio, que continuó con una intensidad brutal hasta el momento en que se cerró. En ese instante salió el sol… Hubo quien dijo que eran lágrimas de San Pedro, pero los deportivistas sabemos que en realidad se trató de un guiño del Cielo en recuerdo de aquella final contra el Valencia», exponen.

«Nunca entendió el tremendo impacto que tenía en las vidas ajenas»

También quisieron acercar, todavía más, la figura de Arsenio a la afición. «Esa generación entendió que las cosas hay que ganárselas con esfuerzo y sacrificio y que antes que derechos están las obligaciones. Aunque en el campo de fútbol se guio por el orden y el talento, fuera de él aplicaba más aquel mantra de Bebeto: 'Con moito traballo e moita humildade'. Nos inculcó que el trabajo y la humildad eran los dos valores fundamentales para ir por la vida», cuentan.

La familia destaca una de sus mayores virtudes, su entrega: «El día de su despedida del Dépor, dijo desde el balcón de María Pita que siempre estaría disponible para A Coruña y para el Dépor. Era así también en su vida al margen del fútbol: un hombre con una entrega incondicional para su familia y sus allegados. Fue un marido, un padre, un abuelo y un amigo ejemplar que se pasó la vida pensando en qué podía ayudar sin que nadie se lo pidiese».

«Era una persona tímida que nunca entendió el tremendo impacto que tenía en las vidas ajenas. 'No hice nada para merecer tanto', repetía. La despedida que ha tenido habría ruborizado a nuestro padre, pues estuvo muy lejos de ser el acto sencillo que con toda seguridad él habría querido, pero también entendimos que no podríamos privar a sus paisanos y al deportivismo, y en general al fútbol español, de que manifestase todo el amor y respeto que sentía por él», añade la familia Iglesias Vázquez.

El reconocimiento diario

Los hijos de Arsenio destacan, igualmente, que el reconocimiento de este fin de semana no fue algo puntual: «Lo recibió a diario, y durante muchos años, por parte de 'esas gentes de la calle' que él veía 'todos los días, los lunes, los martes…'. Lo paraban tanto adultos como niños: le pedían fotos y autógrafos, le felicitaban por aquel título o por aquellos ascensos. Le daban cariño y abrazos. Aún estando entrenados en todo esto, lo que hemos vivido estos días ha sido abrumador para nosotros».

«Nuestro padre decía que la derrota era más humana que la victoria y que él perdió muchas veces. Eso lo hizo ser prudente. No es el entrenador del Dépor que más ganó, pero seguramente sí el más querido: ese es su gran triunfo. El amor que sale del corazón de la gente de a pie. De vosotros. Eso no se compra y es el mejor título del mundo», escribe en su misiva.

Finalmente, la familia de Arsenio Iglesias lanzan un mensaje esperanzador para el deportivismo: «No es perdedor el que pierde, sino el que se rinde y deja de intentarlo. Es importante tener presente este mensaje ahora que el Dépor atraviesa un período más difícil incluso que aquellos que vivió él. Estemos donde estemos, ganemos —como lo hicimos aquel día inolvidable en el Bernabéu— o perdamos —como la noche en que fuimos a fallar un penalti cuando ya no quedaba tiempo ni para respirar—, siempre hemos de seguir intentándolo. Todos juntos, como un equipo, como el gran Club que somos, tal y como acabamos de demostrar otra vez en la hora de la despedida de Arsenio Iglesias Pardo. Gracias infinitas. Forza Dépor para la eternidad».