Mi corazón llora por quien fue un padre para mí. Gracias, Arsenio, por haberme ayudado tanto

Bebeto

TORRE DE MARATHÓN

Arsenio Iglesias y Bebeto, en una imagen del año 2006, cuando se enfrentaron los integrantes del Superdépor con un combinado del veteranos del Deportivo en Riazor
Arsenio Iglesias y Bebeto, en una imagen del año 2006, cuando se enfrentaron los integrantes del Superdépor con un combinado del veteranos del Deportivo en Riazor CESAR QUIAN

05 may 2023 . Actualizado a las 14:36 h.

No es fácil levantarse con una noticia como la del fallecimiento de una persona tan importante en mi vida como fue Arsenio Iglesias. Tengo el corazón encogido desde que, recién levantado, me encontré con esta información. Las lágrimas recorren mi rostro mientras escribo estas líneas. Porque Arsenio no fue un entrenador más para mí. Fue como un padre. Si yo llegué a hacer lo que hice en el Deportivo fue, en una parte muy importante, gracias a él. Desde que aterricé en A Coruña me acogió como si fuera su hijo. Me dio consejos, me trató con cariño, me indicó el mejor camino a seguir en cada momento. Incluso cuando hubo instantes difíciles siempre estuvo a mi lado.

Ahora se nos ha ido. La vida es así. Llega un momento en el que la vela se apaga y la suya se agotó. Y con él se va una parte de mi corazón y del de mi familia. A miles de kilómetros de distancia que estamos, Denise y yo nos sentimos hoy más cerca que nunca de Coruña. Del dolor que estamos seguros de que recorrerá hoy las calles de la ciudad. Porque hoy se ha ido alguien muy importante para todos.

Aquel Superdépor que nos unió a todos no hubiera sido posible sin Arsenio. Nosotros jugábamos, pero él era el pegamento del equipo. Porque, como decía, era más que un entrenador para todos. Sabía llevar el vestuario. Cuando había que ponerse serio, se ponía. Pero tal era la ascendencia que tenía sobre todos que no le hacía falta levantar mucho la voz para que asumiéramos la seriedad que quería transmitir.

Cada mirada suya era un gesto de complicidad. Cada palabra era una lección. Cada frase, un legado para futuras generaciones. Era un libro abierto, no solo de fútbol, sino de la vida.

Hay gente que, a veces, es muy querida por la sociedad y no te explicas muy bien el porqué. A cualquiera que le preguntemos, puede decir por qué Arsenio era, es y será tan querido. Porque su personalidad iba más allá del campo de fútbol.

Hoy decimos adiós a la persona. Pero nace un mito. Porque Arsenio nunca podrá irse del corazón de todos los deportivistas.

Para acabar, solo puedo decir que, por todo lo que me has enseñado y ayudado, gracias, Arsenio. Siempre te querré.