Al Deportivo le pudo el miedo ante el Castilla

Paco Liaño

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

12 mar 2023 . Actualizado a las 22:08 h.

El Deportivo afrontó su partido contra el Castilla como si enfrente tuviera al Real Madrid. Y eso, teniendo en cuenta que al primer equipo blanco se le atragantó durante muchísimos años Riazor. La imagen del conjunto blanquiazul fue decepcionante, y acabó jugando como un equipo pequeño, con todos los defensas en el campo. Todos salvo Trilli, claro, que no cuenta. Quizá el año que viene le piten en Riazor, porque probablemente venga en filas del rival ya que en casa no goza de oportunidades.

El cambio de Antoñito, llevando a Villares al lateral, redondeó un despropósito. Se modificó toda la estructura solo para no dar paso a un recambio natural. El mensaje es claro y el resultado fue muy pobre, desperdiciando una ocasión única para asaltar el liderato. Cuando tocó decidir si ir a por el encuentro o tratar de conservar el resultado, al Dépor le pudo el miedo.

Y eso que, hasta la acción de Peter, el equipo que dirige Óscar Cano fue mejor; pero después de ese mano a mano, se diluyó. Ian Mackay empezó a convertirse ahí en el mejor futbolista del encuentro y siguió siéndolo hasta el final.

En ese instante del 1-1 perdonado, se esfumó la presión alta inicial, con excesivo respeto a la salida de balón del Castilla. Los mejores minutos fueron esos en los que se fue a buscar al adversario a su campo, pero se agotaron enseguida. Arribas pasó muchísimo tiempo actuando a su antojo. Olabe se convirtió en tercer central casi de forma fija y el duelo empezó a parecerse a los que se dan lejos de Riazor.

Rubén Díez no tuvo apenas incidencia y así es muy difícil generar. El mayor argumento para enlazar con la zona de ataque apareció siempre demasiado atrás y muy rodeado de oponentes. Ejemplificó la renuncia colectiva a buscar la victoria, vencidos por el temor a perder un punto escaso.