El galeno ejerció su labor en el club entre 1969 y 1993, cuando tomó el relevo otro histórico de la entidad, César Cobián
07 ene 2023 . Actualizado a las 11:49 h.El deportivismo ha recibido este sábado la triste noticia del fallecimiento de Antonio Barbeito Couceiro (A Coruña, 1928), médico del Deportivo durante 24 años. Comenzó su labor en el club en septiembre de 1969 y la ejerció hasta su jubilación en junio de 1993, cuando tomó el relevo otro histórico galeno de la entidad, César Cobián, fallecido hace poco más de un año.
En un reportaje publicado por La Voz de Galicia en 1992 sobre la labor de los médicos en los clubes de fútbol, Barbeito recordaba que en 1962 había montado su consulta privada en A Coruña y, siete años después, un directivo le propuso entrar en el club como médico de campo. En aquellos primeros años, el servicio sanitario estaba dirigido por los doctores Rafael Hervada y Víctor Fernández, dos luminarias de la medicina coruñesa de la época. Como médico de campo, Barbeito cumplía un horario poco envidiable: «Tenía que venir a todos los entrenamientos del primer equipo, a todos los partidos de casa, a todos los partidos del equipo juvenil y a tres entrenamientos de los juveniles por la tarde».
El entonces médico del Deportivo recordaba en aquel artículo que cuando llegó a trabajar a Riazor por vez primera, el nombre de clínica le venía un poco largo a la instalación sanitaria del estadio: «Me encontré con que lo que llamaban clínica consistía en dos camillas, una vitrina pequeña con algodón y mercromina, y un botiquín de madera, qué se reponía con lo que los médicos traían de sus casas los domingos. Hoy en día, contamos con un despacho, sala de exploraciones, recuperación, bicicleta ergométrica, onda corta, ultrasonido, láser y banco de rehabilitación de rodillas y espalda».
Con Barbeito como médico deportivista sucedió el triste suceso de la muerte de Sagarzazu, en la pretemporada del campeonato de Liga 1987-88. El lateral donostiarra, por aquel entonces recién llegado al Deportivo después de coronarse flamante campeón de Copa con la Real, viajaba en el mes de agosto junto al equipo en autobús hacia Carral, donde había de disputar un amistoso. Repentinamente, el futbolista se sintió indispuesto y falleció en minutos, en medio del estupor de sus compañeros. «Aquello fue algo totalmente inesperado, es lo que se llama una muerte súbita. Tres días antes había pasado un reconocimiento completo, con pruebas de esfuerzo, y fue el jugador de la plantilla con mejores parámetros físicos. El fallecimiento se debió a un trastorno en la transmisión eléctrica del corazón», recordaba el médico.