Ibai Gómez deja el Deportivo

Pedro José Barreiros Pereira
Pedro Barreiros A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

Ibai Gómez,  durante su paso por el Deportivo
Ibai Gómez, durante su paso por el Deportivo Marcos Míguez

Sin apenas presencia en el equipo, el jugador pactó la rescisión de su contrato, se retira del fútbol y deja las manos libres al club para reforzar la plantilla en enero

08 nov 2022 . Actualizado a las 20:58 h.

Ibai Gómez dejará de ser jugador del Deportivo. El club y el futbolista vasco, que llegó a A Coruña el pasado mes de julio, han alcanzado un pacto de mutuo acuerdo para rescindir el contrato que les unía hasta junio del próximo año, con opción a un año más. 

El atacante bilbaíno debutó con el equipo blanquiazul en Riazor, durante el encuentro contra el Linense de la segunda jornada de liga. Sin embargo, Borja Jiménez apenas contó con él durante los partidos en los que dirigió a la plantilla herculina, y, tras la llegada de Óscar Cano al banquillo coruñés, la situación no ha cambiado. Ibai ni siquiera ha formado parte de la convocatoria de los últimos partidos a domicilio. La salida del bilbaíno del equipo abre la puerta a cambios en la plantilla deportivista, en contra de lo que se había dicho previamente. 

La decisión de Ibai rezuma valentía y coherencia. Según había contado el propio futbolista en una entrevista a La Voz, su llegada al club se había gestado a partir de una llamada a Juan Giménez, adjunto a la secretaría técnica. «Le dije a mi representante: 'Llamadles, porque la verdad es que me atrae'. Creía que era el sitio idóneo para volver a aportar, para intentar venir y ayudar en ese objetivo. Desde la posición que sea, porque al final lo único que quiero es estar aquí y estar a disposición del club y del entrenador. A veces me tocará más y otras veces menos, pero con la cabeza y la conciencia tranquilas de haber hecho cada día todo lo que está en mis manos», afirmaba. 

Fue precisamente en este esfuerzo físico y mental por convertirse en jugador en un contexto tan exigente como el del Deportivo donde Ibai se dio cuenta de que el sueño de vestir la blanquiazul y volver a sentirse futbolista de élite estaban más lejos de lo que parecía. Al mismo tiempo, tampoco quería convertirse en un obstáculo para que el club y el vestuario que tan bien lo habían recibido no alcanzasen los objetivos marcados. Tras la salida de su segunda etapa en el Athletic, en el verano del 2021, Ibai tardó en encontrar un proyecto que le sedujese, hasta que en marzo del 2022 firmó un contrato por 40 días con el Foolad iraní, entrenado por el exosasunista Nekounam y con varios españoles en el proyecto, para disputar la Champions asiática.

Desde su fichaje por el Deportivo, la adaptación del delantero al club no ha sido todo lo rápida que las dos partes hubieran querido. La salida de Ibai Gómez deja la primera ficha libre en el Deportivo para la llegada de nuevos jugadores a partir del 1 de enero, en el mercado invernal de fichajes. 

Antes de su llegada al Deportivo, el futbolista disputó 226 encuentros en Primera División, la mayoría de ellos en el Athletic, en el que militó entre el 2012 y el 2016 y, posteriormente en una segunda etapa, entre el 2019 y el 2021. En su palmarés, cuenta con dos Supercopas, además de dos finales de Copa del Rey y de una Europa League. Llegó a A Coruña tras un breve paso por el Foolad iraní.

Semanas de mucho esfuerzo físico y mental, pero pocos minutos de juego

La decisión de Ibai Gómez de dejar el Deportivo llega después de semanas muy complicadas para el jugador. «He acertado viniendo al Deportivo», afirmaba el pasado 9 de septiembre a La Voz. El fútbol, su gran pasión, volvía a abrazarle. Acababa de ser padre por tercera vez y estaba pendiente de que su familia se instalase en A Coruña. Pocos días antes, había debutado frente al Linense. Luego llegaron dos titularidades seguidas (contra el Celta B y el Pontevedra) y más de 40 minutos en dos partidos como suplente. Pero, aunque el vestuario lo animase y él se dejase apoyar, no estaba satisfecho.

Más allá de las dudas sobre su forma física, la percepción de su propio rendimiento por parte de un futbolista con más de 200 partidos en Primera División no respondía a las expectativas que él mismo se había marcado. Le costaba muchísimo ponerse al nivel de sus compañeros. «Quiero tener la cabeza y la conciencia tranquilas de haber hecho cada día todo lo que está en mis manos», decía en aquella entrevista.

El relevo de Óscar Cano supuso un punto de inflexión para el jugador, que redobló esfuerzos. Quería convertirse en un puntal hacia el ascenso. Cambió la dieta, añadió a la preparación en la ciudad deportiva nuevas sesiones específicas para él, incidió en su aspecto mental, pautó trabajo y descanso diarios de forma milimétrica, y reforzó el llamado entrenamiento invisible con rutinas estrictas que también se trasladaban fuera de los entrenamientos.

Puso todo de su parte y mejoró muchísimo el peso, pero su habitual sonrisa se convirtió en un rictus de preocupación. La ausencia de minutos de juego, ese respaldo positivo de volver a sentirse importante, acabó laminando su moral poco a poco.