Multifunciones Bergantiños, que jugó en tres posiciones ante el Talavera

IVÁN ANTELO REDACCIÓN / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

césar quian

El capitán, que regresó al once tras su ausencia en Balaídos, sobresalió como líbero en la primera mitad y marcó en la segunda, ya como mediocentro

28 sep 2022 . Actualizado a las 23:01 h.

Ángeles y demonios en Riazor. El mejor y el peor Deportivo en el mismo partido. Y en las buenas y en las malas, un líder: Álex Bergantiños. El capitán regresaba al once tras su suplencia en Balaídos y brilló en las múltiples facetas que le exigió el partido: defensa, creación y finalización.

Y es que cuando Borja Jiménez ofreció el once, parecía que podría recuperar el 1-4-3-3 de la pasada temporada, con Isi Gómez asumiendo el disfraz de Juergen —finalmente el madrileño no jugaría por un percance en el calentamiento y sería Olabe el que ocupase su lugar, con la misma teórica idea de partida—. Pero sobre el campo se vio algo muy diferente. El abulense varió y sorprendió. Si se le achacaba previsibilidad, esta vez ideó algo diferente y su equipo respondió sobre el campo, con una primera media hora excelente. Es verdad que enfrente había un equipo de Segunda Federación —repescado por el caso Dux—, que además acudía al compromiso con menos descanso (jugó el domingo) y con un largo viaje por el medio. Pero se vio algo diferente.

En la práctica, el Dépor empezó a jugar con solo tres defensas. Álex Bergantiños fue el líbero, con Lapeña muy abierto a la derecha y Pablo Martínez haciendo lo propio hacia la izquierda. Un posicionamiento que era habitual ya antes para la salida de balón, pero que luego se rompía cuando la posesión era del rival. Esta vez no. El de la Sagrada se quedó ahí siempre, descolgando por completo a Trilli y a Víctor Narro como extremos. Por delante, otras tres líneas. Villares y Olabe en la sala de máquinas; y Rubén Díez y Mario Soriano, sueltos por detrás de Quiles.

Pero las novedades no fueron solo en el posicionamiento. También hubo una mayor combinación de juego corto y largo, que ayudó a descomponer al rival en los primeros minutos. La prueba fue el primer gol. Álex Bergantiños tocó atrás con Lapeña y Villares, el Talavera se cerró, y el de la Sagrada realizó un cambio de orientación soberano hacia la izquierda, en donde rompió y desbordó Víctor Narro. La jugada siguió, hubo unos rechaces, y Villares se sumó al ataque para rematar desde la frontal compleando una jugada en la que había estado en la iniciación.

Hubo otra jugada icónica del planteamiento. Fue en el minuto 27, con el centro de Narro que remató Trilli. Los dos teóricos laterales sobre la línea de fondo rival. Eso solo fue posible gracias a la situación de Bergantiños y a las vigilancias de Villares y Olabe. Gran partido de los tres mediocentros.

Otro Bergantiños diferente

Con el partido encarrilado, y sobre todo tras el susto del tanto del Talavera, el Dépor cambió de caballo a mitad del río. Narro y Trilli fueron laterales y Álex Bergantiños adelantó su posición a la medular. Y el coruñés también fue decisivo en el nuevo plan. Olabe se sacó de la chistera un gran pese filtrado hacia Trilli y el de Ortigueira habilitó al de la Sagrada para el 3-1.

Sin embargo, los grandes perjudicados por las variaciones tácticas de Jiménez fueron Pablo Martínez y Víctor Narro, a los que se les vieron las costuras en la defensa de cuarto. Al ex del Valladolid le ganaron la espalda en el 3-2. Y no solo en esa acción.

En los veinte minutos finales, con un Talavera superior sobre el campo y un Dépor pobre, Álex regresó a la cueva para sostener a la defensa, ya reforzada también con la entrada de Jaime y Antoñito. En su tercer cambio de posición, también lo bordó.