El Dépor solicita la cesión de Raúl Sánchez, atacante multifunción

TORRE DE MARATHÓN

PACO NATERA / UD IBIZA

El jugador del Ibiza es capaz de actuar en banda y servir de recurso en punta, versatilidad común a Alberto Quiles y que distinguió a Lucas Pérez en sus inicios en Riazor

16 ago 2022 . Actualizado a las 18:24 h.

Si Alberto Quiles llegó como ariete y el tiempo y Borja Jiménez lo han convertido en referente de este Dépor partiendo desde un rincón, nada indica que el viaje contrario sea imposible para quien se ajusta al perfil. Así sucede con Raúl Sánchez, goleador arrancando desde una esquina, a quien pretende incorporar el conjunto coruñés.

Con él no se cerraría necesariamente el frente de ataque, pero sí quedaría lo suficientemente abastecido en caso de que las incorporaciones se detuvieran ahí —con la ficha de Héctor Hernández como margen de maniobra—. El extremo madrileño sigue un patrón común al de un futbolista que se pretende y otro que ya pertenece a la disciplina blanquiazul. Cuando Lucas Pérez llegó desde el PAOK también acostumbraba a actuar en banda y cortar en diagonal. Como suele hacer Quiles; aunque este escore al costado derecho y aquel lo hiciera al izquierdo. El mismo desde el que parte habitualmente Raúl. También como el de Monelos, zurdo y de buen chut.

De la calidad de disparo da fe Toché. El ariete, ahora retirado, coincidió en el Burgos con el futbolista que quiere reclutar el Deportivo. Había llegado a El Plantío como carrilero. Sin embargo, pronto abandonó la plaza de lateral: «Ofensivamente aportaba mucho, pero en defensa le costaba, así que empezaron a usarlo de extremo. Ahí estuvo muy bien». «Técnicamente es bueno y físicamente destaca —se acerca al metro noventa—, pese a no ser especialmente rápido. Es de los que se cuidan y de los que suman a nivel vestuario», completa el antiguo punta blanquiazul.

Durante aquel curso compartido, Raúl Sánchez solo hizo tres goles tras participar en 25 encuentros (24, como titular). Una temporada más tarde, en el Rayo Majadahonda, llegó a los cinco tantos en los 23 partidos en que salió al campo (apenas trece en el once inicial). Hubo que esperar otra campaña, la 2021-2022, para verlo explotar como anotador. Aún enrolado en el equipo del Cerro del Espino sumó ocho dianas en los cinco meses que tardó el Ibiza en reparar en él.

La cláusula de rescisión, de apenas 50.000 euros, no impidió que la entidad balear incorporara al madrileño, de 24 años, aunque el nuevo propietario del pase accedió a comprometer un pago de 100.000 euros en caso de ascenso y un 10 % del montante de cualquier venta posterior.

Pese al estirón dado con Paco Jémez, el conjunto isleño no tuvo ninguna opción de plantarse en Primera. Tampoco parece, de momento, que vaya a sacar dinero traspasando a un futbolista que no cuenta para el actual entrenador. «Estamos aguardando a que él tome la decisión de salir a alguno de los destinos. Esperemos que cuando lo haga, sea en las condiciones que queremos para que siga creciendo. Al final, es el objetivo de su salida», detallaba Javi Baraja a principios de mes. Un viaje de ida y vuelta, en forma de cesión.

El Dépor figura en esa lista de pretendientes a las que se refería el técnico, y lo hace con ventaja sobre el resto de interesados. Por el proyecto y por la posibilidad de crecimiento que ofrece el conjunto coruñés. Una plaza en la que Quiles sirve de referencia para el vestuario y el exterior. Al onubense —con la renovación garantizada en caso de ascenso, como apunta el diario As— se le siguen cayendo los goles. Él ha deslizado varias veces que prefiere actuar en punta, donde brilló durante la ausencia de Miku, pero a Borja le gusta tirado a banda y de allí apenas se ha movido este verano. La llegada de Raúl podría hacerle un favor.