Lucas Pérez se pide el 7 del Dépor

TORRE DE MARATHÓN

Lucas Pérez festeja con los aficionados un gol anotado al Celta
Lucas Pérez festeja con los aficionados un gol anotado al Celta Paco Rodríguez

Arranca una semana clave para la operación, extremadamente difícil pese al interés del club y el jugador, que ha llegado a solicitar que esperen con su número

31 jul 2022 . Actualizado a las 20:32 h.

«Que no me pillen el 7». Hay «sí quiero» con menos contenido. La frase es un resumen en seis palabras, cifra incluida, de la operación retorno más complicada entre cuantas se han emprendido en el Dépor. Ninguna hasta ahora implicó, por fortuna, semejante salto de categorías. Ni de sueldo. De punta a punta de la península; del fútbol profesional a este para el que cuesta encontrar operador televisivo; de los siete dígitos en la nómina al ajustado tope salarial de un club en fase crítica. El del equipo al que Lucas Pérez pretende dedicar sus últimos años de carrera, empezando ya mismo, si es posible.

De momento no lo es, por todos los motivos ya mencionados y porque el delantero sigue al servicio de un Cádiz que precisa al de Monelos. La última muestra es del sábado mismo, cuando Sergio González activó al conjunto amarillo frente al Lille enviando al campo al atacante zurdo. No le sobran los puntas a la entidad andaluza y este tiene un curso más de contrato y la confianza del míster. Consumida esa campaña es posible que el asunto se vuelva sencillo. Quizá el Deportivo consiga el ascenso que se escapó por un pelo con el propio Lucas de testigo y se reduzcan las estrecheces económicas, allanando el regreso. Pero desde hoy hasta entonces hay varios meses de espera y demasiada incertidumbre para una operación que podría resolverse en menos de una semana.

Para bien o para mal —y esto último es lo más probable, estudiando el asunto en frío— ni la escuadra blanquiazul ni el jugador pretendido quieren estirar mucho más el flirteo. Borja Jiménez solo cuenta con un ariete, porque al otro lo prefiere arrancando desde la esquina, y ese que según el técnico «vivió la mejor época del Dépor y quiere ayudar porque lo considera un gran club» está a quince días de arrancar su competición, dos categorías por encima. Se sabe el entrenador abulense el nombre y apellidos del objetivo. «Está hablado desde hace tiempo», desvelaba el jueves pasado, remitiendo a lo lejos que queda ya aquella primera vez en que el futbolista coruñés se insinuó al equipo de su casa.

Una petición entre amigos

Algo que arrancó en quimera y ha ido recortando divergencias mediante contrapropuestas. Siempre, eso sí, a una enorme distancia del acuerdo. Pero por muy alejadas que estén las posturas y las posibilidades de una y otra parte, queda el deseo. Refrendado por esa frase entre amigos y candidatos a compañeros de caseta a quienes se pide mantener a los recién llegados lejos del número con el que se anotaron 33 goles en tres temporadas y un día. El dorsal blanquiazul por cuyo portador pagó el Arsenal más de 20 millones de euros.

Cierre resultón a un tira y afloja como el que antes se vivió con el PAOK mientras el atacante permanecía aislado en su domicilio para evitar represalias de la complicada hinchada del conjunto griego. Ejemplo de una pasión mal encauzada que tantas veces ha marcado la carrera de este delantero al que, como mínimo, siempre han acompañado los números. Empezando por el 7. Los de ahora son parte de cuentas. Divisiones, por ejemplo, de una cantidad inalcanzable en varias campañas condicionadas por objetivos.

En el Deportivo manejan un aleccionador pasado reciente en el que los contratos insostenibles concluyeron en amago de ERE en la plantilla. Desde entonces se instauró un techo para los pagos y un máximo en la duración del vínculo. Ninguno pasa de los dos cursos, aunque los haya que contienen opciones para un tercero. En este caso podría atenderse al salto de nivel que supone un punta titular en Primera y al tirón de la fidelidad entre una grada aún dolida por el último palo. Motivos para acercar posturas, con un dorsal en la nevera.