Alberto González, entrenador del Linares: «Somos un gran equipo»

TORRE DE MARATHÓN

LINARES DEPORTIVO

Se declara rendido admirador del Superdépor de Arsenio: «Era de los equipos que encariñaban. Te sentías representado por él»

03 jun 2022 . Actualizado a las 10:09 h.

La relación con Rafa de Vicente, al que entrenó dos años en los juveniles del Málaga y con el que fue finalista de la Copa del Rey, y su libro Fútbol. Dinámica del juego desde la perspectiva de las transiciones, que va por la segunda edición, sirven de presentación para Alberto González (Tolox, Málaga, 1979), entrenador del Linares y rival del Dépor en la semifinal de la fase de ascenso (sábado, 21.00 horas) en Riazor.

—¿Es el Linares un equipo de transiciones?

—Es un tema que lo asocian al libro. Hoy en día, y desde que yo entiendo de esto, hay que saber jugar a todo. Yo quiero que mi equipo domine todas las fases del juego. Lo que pasa es que el momento de la pérdida y la recuperación del balón son momentos importantes, porque hay cierto desequilibrio en el juego, y hay que apurar las opciones de aprovecharlos. Pero no porque sean más o menos importantes, sino porque es una fase más del juego y hay que saber jugarla. Hubo unos años en que éramos mortales en las transiciones. Pero ni el año pasado ni este destacamos por las transiciones, porque no es que tengamos jugadores especialmente rápidos. No creo que sea lo que más destaque de mi equipo este año.

—¿Cuál es la principal virtud del Linares?

—Que somos un equipo, un gran equipo. Pero un gran equipo en cuanto a la calidad humana que hay, a los valores que muestra en el campo. Muchas veces se habla del juego del equipo, pero a mí me gusta que más que que se diga que mi equipo juega las transiciones bien, o se asocia bien, me gusta que se diga que mi equipo transmite, que es competitivo, que hay que tener cuidado porque es difícil meterle el diente, y muchas veces no sabes por qué, porque hay tantas variables que influyen que no dan para explicar los porqués. Y más cuando no tienes información interna. Yo hablo muy abiertamente de mi equipo, porque no me preocupa que el rival sepa. Porque al final no sabe nada. Por mucho que sepa de juego y que analice cómo jugamos, esto es algo mucho más interior, es una sensación competitiva, más casi psicológico y de valores que del juego.

—¿Qué motiva más a su equipo: un Riazor lleno, o enfrentarse a un Deportivo ante la obligación histórica de ascender?

—Nada de eso, lo que más motiva es la posibilidad que tenemos en nuestras manos de alcanzar la Segunda División, que es algo que llevamos muchos años persiguiendo. Sin ir más lejos, yo llevo 20 años de entrenador y mi sueño es alcanzar la LFP. A mí me da igual quién esté delante, o el contexto, o la afición que haya. Yo llevo 20 años luchando por este momento, y ahora quiero dar lo mejor de mí para alcanzarlo. Porque los que venimos del barro no tenemos tantas oportunidades, así que las que tenemos hay que aprovecharlas.

—¿Si hubiera podido escoger rival, hubiera elegido al Deportivo?

—No, claro que no. El Dépor es el máximo aspirante al ascenso por la temporada que ha hecho, el tipo de club que es, por todo. Es el rival más fuerte de todos. Yo preferiría otro tipo de rival que tuviese menos recursos… pero no solo ya a nivel de afición, sino a nivel de juego. Es un equipo muy completo, y preferiría otro con menos posibilidades y menos recursos.

—¿A qué jugador quitaría del Dépor si pudiese?

—Igual que nadie del Deportivo nos va a poder conocer a nosotros por mucho que investigue, yo tampoco puedo llegar a conocer en profundidad lo que un jugador genera dentro de ese grupo más allá del juego. Porque puedo pensar que Juergen da mucho desequilibrio y está en buen estado de forma, o que tiene un jugador con 18 goles. Pero es que muchas veces hay por detrás piezas que no las ves, pero le dan una estabilidad al equipo, Bergantiños probablemente, que dan una solidez al equipo, una estabilidad, un saber estar y un liderazgo, que lo mismo es más importante que uno salga más veces en las fotos. Porque en las fotos solo salen los que marcan los goles, pero detrás hay pilares que no se ven.

—¿Cuál es su primer recuerdo del Superdépor?

—Aquel Deportivo de Arsenio me pilló a mí en buena edad de ver muchísimos partidos. No me perdía uno. De esa alineación recuerdo casi todos los nombres: Bebeto, Mauro Silva, Fran, Djukic, Donato,… fue un equipo fantástico. Yo, además, me he alegrado y me he apenado mucho con él. Al final era de los equipos que encariñaban. Yo soy de Málaga, pero gustaba verlo ahí, te sentías representado por él, era algo bonito, y, luego, tenía a jugadores especiales que te atraían solo por verlos jugar.