4-8 | Un duelo de locura y calidad otorga al Liceo la condición de líder de grupo

TORRE DE MARATHÓN

Eduardo Pérez

Diez minutos de oro de los verdiblancos valieron para romper el empate y apabullar a un peleón Barcelos

14 abr 2022 . Actualizado a las 10:01 h.

Rugió el Palacio de los Deportes al ver de nuevo a Daniel Martinazzo en la pista. Y rugió el pabellón por partida doble cuando el equipo coruñés cerró su liderazgo del grupo C. Con victoria y calidad incluida (4-8). Liceo y Barcelos llegaban conscientes de que estarían en los cuartos de final de la Golden Cup. Pero el camino estaba por escribirse. El primero en trazar su futuro fue el conjunto verdiblanco.

Todavía se estaban acomodando los últimos espectadores cuando Roberto Di Benedetto dio su primer aviso. Ya no hubo un segundo. Una defensa mal situada concedió demasiado espacio al francés, que no perdonó. Imparable en el uno contra uno, inauguró el marcador. La electricidad que desprendía el Liceo era clara. Acababa de comenzar un festín de goles.

Lo advirtió Juan Copa: «Conti Acevedo está en su mejor momento». Lo demostró en la pista. El argentino se convirtió en un auténtico muro en la falta directa lanzada por Jordi Adroher. El catalán aguantó, amagó y levantó la bola. Se salvó el Barcelos. 

Los portugueses, en inferioridad numérica sobre la pista, no se dieron por aludidos. El balón parado fue nuevamente el protagonista. Darío Giménez miró desafiante a Grau, se acercó mucho al guardameta, y le batió por arriba. Empate que intentó romper rápidamente el Liceo con tiros lejanos.

Hasta que Burgaya y Álex Rodríguez armaron una jugada fugaz. Disparó el delantero tras una asociación, y la bola entró como un misil. Poco duró la alegría a la parroquia verdiblanca. Miguel Rocha, un auténtico especialista, convirtió un penalti. Tiró de primeras, sin dudas, con una potencia y colocación magistral. 

Un recital de goles y calidad que se vio enturbiado por una tangana dentro y fuera de la pista tras un rifirrafe entre Rodríguez y Guimarães. Banquillos y jugadores se vieron implicados. Sticks arriba entre la multitud, tuvieron que ser separados. Volvió el hockey, y volvieron los tantos. El Barcelos ejecutó un contragolpe y Rampulla hizo gala de su talento. Controló con el stick en el inclinado en el aire, una delicatessen que Grau no pudo parar. Una pared perfecta entre Álex Rodríguez y Dava Torres sirvió para colar el tercer tanto verde en el marcador y empatar el partido antes del descanso. Emociones y tensión. Un primer tiempo que tuvo de todo.

Comenzó el segundo acto como se dejó, con goles. Alvarinho, bien colocado en el desmarque, remató de primeras con un disparo ajustado. Se unió a la cuenta goleadora portuguesa. Jordi Adroher, que no había podido aprovechar una falta directa, no falló en su segunda oportunidad. Amagó y puso la bola alta. Misma ejecución, pero con resultado diferente. 

La calidad se repartía entre ambos equipos cuando apareció Dava Torres. Sorprendió el capitán y, con mucha clase y precisión, salió por detrás de la portería y remató por fuera, impidiendo a la defensa participar. Imparable el gallego, e imparable las ganas de cerrar el partido por parte del Liceo. Fue César Carballeira quien trajo la tranquilidad al Palacio. Se libró de la zaga, y anotó.

Se notó la intensidad que le ponían los de Juan Copa con más tantos en el electrónico. Jordi Adroher, en poco más de un minuto, anotó por partida doble. Primero, en una acción en la que ajustó la bola abajo al palo y, después, en una nueva falta directa en la que Acevedo no logró adivinar la dirección. Y de portero a portero, porque Carles Grau se convirtió en gigante bajo palos en las pocas acciones que cuajó el Barcelos.

Un partido intenso e igualado hasta que los coruñeses se convirtieron en un rodillo. Finalizó el partido con una más que lograda victoria que dejó al Liceo líder del grupo C. Los de Juan Copa se enfrentarán en cuartos de final al ganador del duelo entre el Noia y el Reus.