Dos equipos irreconocibles, sobre todo en el primer tiempo

Paco Liaño

TORRE DE MARATHÓN

César Quián

16 feb 2022 . Actualizado a las 23:54 h.

l Racing de Santander me sorprendió con su planteamiento inicial. No lo había visto jugar así en toda la temporada. Ganó la partida táctica y entre la sorpresa y el atenazamiento del Dépor se llevó el gato al agua.

La presión alta dispuesta por Fernández Romo dificultó mucho la salida del conjunto blanquiazul. Además, Íñigo logró controlar a Juergen y eso produjo un atasco en las acciones de los coruñeses. En la segunda parte, el escenario sí fue lo que se podría haber esperado antes del choque. El Racing jugó con las pérdidas de tiempo y el nerviosismo local y consiguió mantener la ventaja, aprovechando la falta de acierto e ideas de su adversario.

Es lógico que la derrota genere ahora algo de intranquilidad en el entorno, especialmente por la imagen de falta de recursos para superar una defensa veterana bien organizada. Del mal encuentro rescato a Trilli, un futbolista que ha demostrado mucha personalidad. Los mejores centros son suyos. No han encontrado rematadores, pero fue la mejor baza ofensiva del Deportivo.

Fue un encuentro gobernado por las promesas de cada equipo, porque en el visitante Pablo Torre se dejó ver, fue el jugador que dio ritmo, sentido a la propuesta del Racing. Cada vez que toca la pelota se confirma todo aquello que se intuía en él desde hace tiempo.

Entre las novedades del encuentro, la presencia en el once de Álvaro Rey, que no brilló. Ralentizó en exceso. A veces le faltó soltar la pelota y se sumó a la falta de fluidez generalizada. Otros días, los centrales profundizan, llegan; en esta ocasión no se atrevían a avanzar tanto con la pelota. El equipo dio muestras de que le pudo la presión acumulada y quizá la importancia del duelo.

Ahora la ventaja pasa a ser del Racing pero queda al menos la oportunidad de respuesta inmediata este mismo domingo.