Miku: «La autoexigencia es superimportante en este vestuario»

TORRE DE MARATHÓN

Miku, en la grada de Riazor
Miku, en la grada de Riazor CESAR QUIAN

El delantero analiza su fallo en el penalti: «Él se adelantó metro o metro y medio, y ese ángulo que me cierra le permite llegar a la bola»

12 feb 2022 . Actualizado a las 11:15 h.

Miku (Caracas, 1985) hace autocrítica de la primera derrota en Riazor para no repetir errores. «Uno cuando va por la vida de soberbio no es nada positivo», señala. Con 9 goles en su cuenta, falló un penalti (el segundo seguido tras el que le había parado el meta del Talavera) y erró una clarísima ocasión posterior. El domingo (12.00, Footters) llega la oportunidad de revancha contra la SD Logroñés.

—¿El portero pudo intuir sus intenciones por la carrerilla que tomó y cómo se perfiló?

—Nosotros analizamos y hablamos cómo tirar los penaltis con Casal, que nos envía los vídeos de los porteros. Y este portero en concreto había parado un penalti la semana pasada al otro lado y lanzándose muy fuerte. Así que me dije: «Tengo la confianza de tirar de nuevo allí». Pero pensé que igualmente debía chutar muy fuerte, porque al final si él decide cambiar el lado, pero se tira tan fuerte como acostumbra, tiene que ser gol, porque si va fuerte, no le va a dar tiempo de llegar. Otros penaltis me los habían adivinado, pero al ir fuerte, entraban. Pero él se adelantó metro o metro y medio, y ese ángulo que me cierra le permite llegar a la bola.

—¿Cambiará su modo de tirarlos?

—No voy a cambiar la mecánica a esta edad. Siempre he tirado así, y en la semifinal de la Copa América, que ya digo que ese día tenía más presión que el domingo. Y fue para dentro. Son situaciones que se dan en el fútbol, y la mayoría entran.

—¿Qué le dolió más: el penalti o el fallo en la ocasión posterior?

—Yo creo que la ocasión. Mentalmente vengo de fallar el penalti un minuto antes, y me encuentro con el balón ahí, y anímicamente no tengo la calma de decir: «Esta es otra jugada». Y me viene y digo: «La voy a reventar y voy a meter al portero para dentro». Pero se me va un poco arriba y la desperdicio. Si va a la portería, es gol, pero son situaciones que en el partido uno tiene que manejar.

—¿Si hay otro penalti el domingo lo volverá a lanzar?

—Sí, claro, eso no me va a condicionar. Es como cuando fallo un mano a mano ¿qué hago en el siguiente? ¿Se la paso al portero? O a Ian si falla cuando le tiran un tiro, ¿qué va a hacer en la próxima? ¿No la a va a querer parar? No, los especialistas estamos para eso, el fallo forma parte del juego y no hay ningún problema.

—¿Qué sensación le han dejado esos errores?

—El fin de semana tenemos la oportunidad de demostrar que el otro día no estuvimos al nivel que acostumbramos. El partido me dejó una sensación agridulce, porque ellos remataron tres veces: una al inicio, que Ian tapa muy bien; el gol de fuera del área, que es un golazo; y el segundo también, que lo hablaba con Ian, porque él espera el centro, que era la jugada más obvia y da un pasito. La gran tristeza de nosotros dos es que nuestras posiciones son determinantes. Si falla él, las sacamos de adentro, y si fallo yo, no las metemos. Al final ese día no tan bueno repercute mucho en que se extrapola al resultado final, y conversábamos que hay que estar tranquilos, porque un día uno está bien y no encaja, y yo las he metido. En 21 jornadas un día malo se puede tener. Y todo el mundo lo ha entendido así, nadie nos ha matado, porque la gente entiende que suele pasar este tipo de cosas. Pero ni él ni yo estamos pensando en eso, sino en todo lo que viene.

—¿Qué le dijeron los compañeros?

—Ánimo, tranquilo,... Saben que una acción no decanta un partido, en el sentido de que mi acción no es determinante para perder o ganar. Ellos consideran que el análisis global es de 90 minutos y que este es un deporte colectivo. Cada uno en su desempeño puede tener un fallo. En el vestuario no somos de señalar ni lo bueno ni lo malo. Somos muy conscientes de que el fallo se permite, lo que no se permite es no intentarlo. No solo por mí, sino en general. Al que no tiene actitud o no intenta las cosas todos le intentamos hacer ver que así no. La exigencia es superimportante en este vestuario.

—Se va a enfrentar a otro rival que también puntuó frente al Deportivo ¿hay ganas de revancha?

—Marqué de inicio, tuvimos ocasiones, pero casi en el 90 nos empató y fueron los primeros puntos que se escaparon en casa. Fue fastidiado por la forma, porque si te empatan en el 60..., pero cuando es en la última jugada… El equipo ha crecido en estas situaciones adversas. Se ha ido reafirmando en lo que hace bien, y tiene esa capacidad de mejorar lo que hace mal y reconocer los errores. Uno cuando va por la vida de soberbio no es nada positivo. El equipo ha sabido reconocer cuándo no ha jugado bien, porque también hemos jugado mal partidos que hemos ganado. Es importante recalcarlo. El vestuario lo sabe y tiene capacidad de análisis, y el entrenador tiene la virtud de reconocerlo y hacérnoslo ver para corregirlo. La autocrítica y la autoexigencia está ahí y es positiva.

«Ni este partido ni el del miércoles van a ser definitivos»

El venezolano se declara feliz por los minutos que Menudo jugó el pasado domingo.

—¿La mejor noticia del domingo fue recuperar a Menudo para el juego del equipo?

—Sí, es un jugador que la posición en que se desempeña, con los esquemas que estamos utilizando, le costaba entrar, porque exige en el medio mucho desgaste físico, ser un volante mixto de defensa y ataque. Obviamente él no es un defensor… El año pasado en el Numancia jugaba con un 4-2-3-1 en el que actuaba muy suelto, sin responsabilidad defensiva, y se podían ver mejor sus cualidades. Este año llegó a un club como el Dépor, con una exigencia y una competitividad diferentes. Todo eso el jugador tiene que asimilarlo. Luego tuvo una lesión y le costó regresar. Los demás compañeros estaban muy bien y el equipo ganando. Pero él se ha mantenido trabajando en silencio. Obviamente los rumores te afectan. También tuvo covid. Ahora se está soltando a jugar, se está sintiendo más cómodo. Yo no le puedo dar consejos, pero tiene que aceptar que si juega 5 minutos, hacerlo lo mejor posible, y así serán 20, dando pasitos, y no queriendo dar un paso muy grande, querer ser titular y jugar 60 a un nivel espectacular, sino poco a poco. Yo estoy muy feliz, porque se está viendo el futbolista que es, porque en los entrenamientos lo vemos y sabemos que tiene cosas para ayudar.

—¿El gran peligro del partido de Logroño es despistarse con el del Racing de Santander?

—Los dos valen tres puntos, y ninguno va a ser definitivo por las fechas en que estamos. Tenemos que ir al domingo, intentar ganar, hacer nuestras cosas bien, dejarlo todo, reventarnos a correr, acabar cansados, que el entrenador esté satisfecho, que el resultado sea positivo para nosotros y, luego, pensar en lo que viene. Si no estamos el domingo al cien por cien, ya lo sabemos, nos puede pasar factura.