Alfredo Santaelena: «En Coruña me ven como Alfredo persona, y eso me llena de orgullo»

Pedro Barreiros

TORRE DE MARATHÓN

DUX INTERNACIONAL DE MADRID

El exdeportivista, héroe de la Copa de 1995 y actual entrenador del Dux Inter, recuerda aquel gol como «una de las alegrías más grandes»

22 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El deportivismo se reencuentra con su historia. El gol de Alfredo en la Copa de 1995 brindó el primer título del club coruñés. El carismático exfutbolista (Madrid, 1967) entrena por segunda campaña seguida al Dux Inter de Madrid, rival blanquiazul para cerrar la primera vuelta liguera este domingo (12.00 horas, Footters).

—¿Qué supuso el Dépor en su carrera como futbolista?

—Era la primera vez que salía de mi casa, y mi fichaje era… arriesgado, entre comillas. Quiero decir que era la segunda temporada que el Deportivo hacía buena en Primera División. La anterior habían llegado Nando, Claudio, Mauro Silva, Bebeto, Aldana… que habían hecho un grandísimo año. Y, a la siguiente, nos llamaron a Donato y a mí, e íbamos con un poco de dudas, porque veníamos del Atlético de Madrid, que es uno de los mejores de España, e ibas a un Deportivo en el que no sabías por dónde iban a salir las cosas… Pero se formó un grandísimo equipo muy bien dirigido por el grandísimo Arsenio Iglesias. E hicimos un poco grande al Dépor, y para mí fue un acierto en todos los aspectos. Comencé a vivir solo, te cambia mucho la vida. Me adapté muy bien, me recibieron muy bien, dejé muchos amigos y estoy orgulloso de haber hecho tantas amistades. Ya no como futbolista. Como persona he dejado muchos amigos, y en Coruña la gente no me ve como Alfredo, el exjugador del Dépor, sino como Alfredo persona y eso me llena de orgullo, que me tenga tanto cariño la gente.

—¿Con qué momento se queda de aquella final?

—El del gol, está claro. Javi Manjarín y yo éramos vecinos. Él vivía en el cuarto en Adormideras y yo en el tercero. Íbamos siempre juntos al entrenamiento. Comíamos en el restaurante Manda truco, que pertenecía a la familia de su mujer. Yo con Javi tengo mucha amistad, igual que con Nando o Claudio, o con Fran, Donato, o todos los jugadores. El otro día López Rekarte me fue a ver cuando visitamos al Real Unión, Paco Liaño vino con su mujer cuando fuimos a Santander. Son cosas que te llenan de alegría y te hace mucha ilusión reencontrarte con excompañeros tuyos. Parece que no pasa el tiempo, porque siempre los ves cercanos. Entonces, Javi y yo, dos vecinos, marcamos los dos goles que nos hicieron campeones del primer título del Deportivo. El partido se tuvo que parar tres días, y nadie esperaba que en el primer minuto de la reanudación hubiese esa jugada. Javi se metió muy bien hacia dentro, vio mi desmarque a la espalda de Juan Carlos, que había sido compañero mío en el Atlético de Madrid, y tuve ese control orientado hacia arriba con el pecho. Yo solo veía el balón, golpeé, sentí el puñetazo de Zubi en la cabeza, pero cuando vi el balón dentro y correr a Manjarín y a Bebeto fue una de las alegrías más grandes. Antes del partido, Aldana me decía: «Vas a ser tú». Y Clau en la habitación me recordaba que le debía una, porque cuando gané, y también marqué con el Atlético de Madrid en el 91, él estaba en el rival, el Mallorca, y yo metí aquel gol y me decía que le debía una. Además, yo no era goleador, estaban Bebeto, o Manjarín, pero yo tuve la suerte de hacer ese gol que supuso tanto para el deportivismo y fue una alegría tremenda para todos. No puedo olvidar cómo nos recibió luego la afición en Coruña. Son momentos únicos que nunca olvidaré mientras viva.

—¿Aún conserva el pendiente?

—No, me lo quité. El pendiente fue una promesa que nos pusimos Claudio y yo. Lo compré en una farmacia en Madrid y le dije a Clau: «Si ganamos la Copa, nos ponemos pendiente». El pendiente fue por hacer un poco de broma. Otros se pintan el pelo o se rapan. Yo, el pelo no me lo iba a cortar, no me veo rapado, pero sí que tenía en la cabeza el pendiente, y lo puse ese verano, pero luego cuando empezamos la pretemporada me lo quité. Era una promesa, nos salió bien y había que cumplirla.

—Pero el pelo largo sí que lo sigue llevando...

—Sí, ya por arriba menos (se ríe), pero la melenilla… Estoy con menos pelo, porque pasan los años para todo el mundo. Pero intento mantenerla como seña de identidad de Alfredo.

—A partir del domingo volverá a ser un deportivista más.

—Yo no me puedo esconder. Por todo lo que me ha dado y el cariño recíproco que hay, quiero que el Deportivo esté en Primera, porque es el lugar que merece por la masa social, los aficionados, la infraestructura como club, por esa ciudad preciosa, por lo que me ha dado en esas cinco temporadas que estuve allí, por los amigos que hice... y porque sigue Suso como utillero, que me ha hecho muchísima ilusión verlo en la lista de los que van a venir con el equipo. Me hace mucha ilusión ver a la gente. Ojalá a partir del domingo gane todos los partidos, porque lo está haciendo muy bien y tiene las ideas muy claras.

«Está claro que las dimensiones de este campo no son las de Riazor»

Alfredo elogia a Borja Jiménez por su buen manejo del vestuario.

—¿Qué partido espera?

—Va a ser abierto y con alternativas. Somos un equipo que proponemos, que intentamos llevar la iniciativa, tener el balón y ser protagonista. Está claro que el Dépor va a venir a ganar por todo, por historia y porque es el líder de la categoría, pero va a ser un partido alterno. Habrá fases en que dominen ellos y otras, nosotros. Es un campo de hierba artificial y con dimensiones que no son las de Riazor, está claro. Pero a nosotros tampoco nos favorece. Está claro que nosotros entrenamos todos los días en este tipo de superficie, pero en la categoría solo hay tres campos de hierba artificial, el del Sanse, el Unionistas y nosotros, así que tenemos 17 salidas a campos de hierba natural. Tenemos que adaptarnos cuando salimos fuera, y los rivales se tienen que adaptar cuando vienen al nuestro. Al final los buenos futbolistas juegan en cualquier campo. Se va a ver un buen partido.

—¿Conoce a Borja Jiménez?

—Sí, nos hemos enfrentado cuando yo estaba en el Sanse y él en el Rápido de Bouzas. Nos ganó por 0-1 en el último minuto en una jugada desafortunada para nosotros. Borja estaba haciendo una grandísima temporada con el Rápido, y ahora hay que resaltar su trabajo en el Dépor. Tiene un buen equipo y buenos jugadores, pero hay que saber manejar ese vestuario, y él lo está haciendo fenomenal, porque el equipo no se va a pasear en esta categoría. Tiene la experiencia de la pasada temporada, en que le costó muchísimo llegar a Primera RFEF, y por eso debe cambiar el chip y darse cuenta de que no va a arrasar a los rivales, que de vez en cuando va a empatar o perder algún partido. El objetivo del equipo tiene que ser final: proclamarse campeón y ascender a Segunda.