Tres enganches para sostener al Dépor

TORRE DE MARATHÓN

césar quian

Borja apostó por un trío con toque: Juergen, Soriano y un Villares de aniversario

09 ene 2022 . Actualizado a las 18:14 h.

Diego Villares debutó en un naufragio. El Deportivo estrenó el 2021 liquidando sus opciones de fase de ascenso a las afueras de Vigo. Frente al Coruxo, De la Barrera plantó un doble pivote de renombre (Uche y Borges) y ubicó a Raí en la mediapunta. Llegó al descanso con el partido perdido. La segunda parte solo dio para estrenar a un chaval que prometía, rescatado del Fabril cuando el apretón salarial restringió las maniobras del mercado de invierno. Un centrocampista acuñado en Vilalba que devendría en estandarte del cambio de filosofía. Lo más parecido a un nuevo producto de la cantera (por la que pasó de refilón) entre lo empleado durante otra campaña de constantes turbulencias. Las últimas hasta la fecha.

En el tiempo transcurrido desde el estreno, el equipo ha encontrado la pausa y los mimbres, mientras el talentoso mediocentro afirmaba su condición de exponente de la fabricación casera. Aunque en cuestiones de identidad puedan adelantarle otros con mayor recorrido en Abegondo, como Noel o Trilli, él abrió brecha y ha sobrevivido a la agitación interna. Incorporados De Vicente y Calavera y fortalecido Bergantiños, un año después de abandonar O Vao, Villares fue titular en Riazor, en otro doble pivote con enganche. Aunque todos sean enganches en la cabeza de Borja Jiménez. «Hemos iniciado el partido con dos mediapuntas como Juergen y Villares, reconvertidos casi a mediocentros defensivos», razonó el míster tras el duelo. El portador del 22 afirmó la semana pasada que se siente más interior, pero admitió también las ganas de probarse en un doble pivote de buen toque.

Despliegue físico y buen pie

Su entrenador dijo no haber escuchado la petición, aunque sin intención de complacerle, le concedió el deseo. Lo hizo porque «esta temporada hay días que ha estado incluso él solo [como enlace en la medular]. Tiene un despliegue físico muy grande, que te da amplitud y aporta buen pie en el inicio». «Ha estado bien; él y Mario nos han dado verticalidad», redondeaba señalando al otro vértice novedoso en su triángulo por dentro.

Con Soriano se buscaba «encontrar a un jugador entre líneas, por cómo defendían ellos». Y el futbolista cedido por el Atlético apareció en todos lados. «Su nivel ha sido muy bueno», le felicitó el técnico. El receptor de los elogios percibió cuál era su misión, aunque entendió que había otro mensaje prioritario: «Lo primero que nos pide el míster es que disfrutemos, que lo pasemos bien jugando a lo que nos gusta».

Disfrutó Soriano y lo celebró la grada, apreciando la capacidad asociativa del diminuto futbolista y su talento para el desborde, resumido en esa acción eléctrica de caño y quiebro sobre la línea en la que se vistió de William.

La combinación de peloteros funcionó especialmente bien en la primera parte, pero sufrió para aguantar la ventaja cuando el Talavera tocó a rebato. Entonces, Borja miró al banquillo y encontró al de siempre. «Álex nos aporta ese equilibrio, ese balance por detrás que en ese momento de partido era necesario. Parecía que no estaba controlado y creo que con ese cambio acertamos para retomar el dominio y salir hacia delante», resumió Juergen, demostrando ser tan capaz de leer los partidos en curso como cuando han concluido.

Coincidió el análisis con el del autor del movimiento: «Tras la entrada de Álex hemos hecho 20 minutos muy buenos. Ganamos en consistencia por dentro y tenían que ser los laterales los que llegaran». Apuntaba el entrenador a la banda: «Trilli lo ha hecho perfecto». Elogio nada gratuito al producto de la cantera con más opciones de plaza fija, por muy bien que pinte Víctor García. El trillizo tiene recorrido. Quizá en un año se sepa cuánto, como se sabe que Villares subió para quedarse.