La desigualdad en el Liceo femenino provoca la dimisión de su entrenador

TORRE DE MARATHÓN

Marcos Míguez

La negativa del club, alegando problemas económicos, a que las jugadoras viajen en avión, algo que sí hacen los chicos, fue el detonante que llevó a Carlos Loureiro a irse

12 nov 2021 . Actualizado a las 15:22 h.

Sábado, 6 de noviembre. El equipo femenino del Deportivo Liceo acaba de golear al Bigues i Riels (5-1) en su regreso a la OK Liga. Su entrenador, Carlos Loureiro, le pregunta a un directivo del club por los horarios de los vuelos que una semana después deberían trasladar al grupo a Cataluña para disputar la segunda jornada de la competición. Una estridente carcajada sirvió de preámbulo a la respuesta: «De vuelos, nada. Se viaja en furgoneta». La indignada reacción de varias de las integrantes del plantel verdiblanco no se hizo esperar. El directivo interviene de nuevo y las manda callar.

Este episodio que encolerizó al vestuario del Liceo fue el detonante de lo que días después sería la dimisión irrevocable de Loureiro como entrenador del equipo femenino del laureado club gallego. Una renuncia que la entidad anunció como debida a que el técnico «decidió no aceptar las condiciones de trabajo ofrecidas».

Lo sucedido tras el partido hizo explotar al técnico, pero no fue el único motivo de su decisión. Varias son las reclamaciones que lleva meses cursando, en muchos casos sin éxito, a la directiva. Entre ellas, que arrastra varios meses sin cobrar desde la temporada pasada, situación que, según algunas fuentes consultadas por La Voz, se repite en otros integrantes del femenino, tanto a nivel de cuerpo técnico como de plantilla, situación que esas mismas fuentes aseguran que no sucede con el equipo masculino.

Entendiendo la delicada situación económica del Liceo, y a pesar del adeudo de varias mensualidades, el entrenador trabajó hasta ayer mismo con la plantilla que acaba de debutar en la OK Liga. Pero la diferencia de condiciones con respecto al equipo masculino, que continúa disfrutando de la infraestructura propia de la categoría que comparten para viajar, fue lo que hizo que abandonase el proyecto.

Los problemas comenzaron después de que el pasado mes de agosto el club hiciera pública la petición al Concello para que el conjunto femenino jugara en el Palacio de los Deportes de Riazor. Lo hacía, según la propia entidad, en aras de buscar la igualdad entre los dos representantes del hockey gallego en la máxima categoría nacional.

«Esta decisión se toma en pos de la igualdad entre los conjuntos del club, representantes de la ciudad en las máximas competiciones nacionales de hockey sobre patines y, por lo tanto, motivos de orgullo. La temporada 2021-2022 pretende inaugurar la justicia, la visibilidad y la mencionada igualdad hacia un equipo que contará con todos los medios de la entidad para destacar en la OK Liga», recogía el comunicado emitido por el Liceo.

Sin embargo, la realidad fue otra y ahí llegaron las primeras quejas de discriminación por parte de la plantilla. Para empezar, los horarios de entreno se reducen a los que el equipo masculino deja libres en la pista. Tanto que incluso una de las sesiones semanales se extiende de diez y media a doce de la noche, cuando varias de las jugadoras residen en Santiago y eso provocaba que lleguen a casa entrada la madrugada.

Sin vestuario para ducharse

Pero a esta incomodidad de los horarios, que las jugadoras asumieron, se une la de que tardaron más de un mes en disponer de un vestuario en el que ducharse. Mientras el club goza desde hace años con uno en exclusividad para sus jugadores, las integrantes del femenino no tenían dónde cambiarse y, mucho menos, asearse. En el caso de las que venían de Santiago, al regreso a horas intempestivas había que añadir el trayecto sudadas.

Siguiendo con el vestuario, otro trato desigual que padecen las integrantes del Liceo está en la lavandería. El equipo masculino dispone de este servicio, de modo que cada día se encuentra la ropa limpia, planchada y colocada, al igual que los patines debidamente revisados, mientras que sus homólogas deben llevarse ellas mismas a casa la equipación para hacerlo por su cuenta. Una situación que se da en un equipo en el que la mayoría de las jugadoras no reciben una remuneración económica y que, en algunos casos, incluso se ven obligadas a adelantar dinero de su bolsillo para defender el escudo del Liceo.

Así las cosas, en medio de esta situación de descontento y tras el triunfo frente al Bigues, que aupó al equipo al coliderato de la OK Liga, el anuncio de que tendrán que viajar en furgonetas acabó por crispar a un entrenador que renuncia a su puesto en defensa de las condiciones de su plantilla.

Dos mil kilómetros en carretera

El ya extécnico planteó a la directiva que sus jugadoras no podían meterse dos mil kilómetros de carretera cada quince días en furgoneta, que ya las diferencias eran evidentes entre los dos representantes en la OK Liga y que por ahí no pasaba. Que o había un compromiso firme de arreglar la situación a corto plazo o dimitía. Cabe señalar que, a diferencia de la plantilla del masculino, que se dedican íntegramente al hockey y viven profesionalmente de él, las jugadoras deben compatibilizar la competición con sus estudios.

Y así fue. El técnico renunció el martes por la noche —accedió a seguir entrenando esta semana— y el club oficializó ayer mismo su despedida.

Entre ambas situaciones, la directiva se reunió con las jugadoras para anunciarles el cambio al frente del equipo, situación que fue recibida con reproches, porque las jugadoras están con Loureiro: «Nos gustaría que quedara fuera de toda duda el compromiso y dedicación de Carlos [su extécnico] con el equipo. Se va por la desigualdad que hay, no porque no tenga ilusión o ganas», aseguran desde el ayer desolado vestuario verdiblanco.

«A ellas se les ha metido en la cabeza una diferencia de trato por ser mujeres que no existe», aseguran desde el Liceo

El Liceo niega que la diferencia de trato que da al equipo femenino con relación al masculino se deba al sexo de cada vestuario. Así lo explicaba el portavoz de la entidad, Antón Baldomir, a La Voz de Galicia, una vez puesto en su conocimiento la información que iba a ser publicada.

«Explicar por qué los chicos viajan en avión y las chicas en furgonetas es tan obvio como se lo hemos explicado a ellas. La situación del club a nivel económico es la que es. Tenemos que repartir los escasos recursos que tenemos y lo hacemos de la forma que entendemos que es mejor. No es un menosprecio hacia ellas, sino que los chicos son el primer equipo, el emblema de la ciudad y por eso van en avión», subraya el directivo verdiblanco.

Baldomir reconoce que las jugadoras «se merecen lo mejor como los chicos», pero alega que «no tenemos dinero para pagarles». Y por eso entiende que eso no es un trato desigual: «Es que este año no generan ni un euro. No recibimos nada por ellas. Y no pueden olvidarse de que pueden competir porque el primer equipo [se refiere al masculino] compite y genera recursos».

Y tras insistir en que no hay trato desigual por motivos de género y que «el OK Plata tampoco viaja en avión, sino en furgonetas», Baldomir se queja de que se lleve el asunto a «un problema masculino-femenino».

«Se trata de eso, de que no generan ni un duro y por eso no podemos pagarles el avión. De verdad, a ellas se les ha metido en la cabeza una diferencia por ser mujeres que no existe», concluye.