Quiles: «Puedo tener capacidad de llegar alto, pero tengo que ir al gimnasio»

TORRE DE MARATHÓN

MARCOS MÍGUEZ

El delantero del Deportivo se muestra autocrítico y reconoce: «Tengo que mejorar en todo»

08 oct 2021 . Actualizado a las 10:04 h.

¿Dónde estaba Quiles, que nadie lo había visto? La pregunta rueda suelta por Riazor desde que este delantero delgado, y hasta con un cierto aire desgarbado, acribilla a los rivales. «En estos últimos años me estoy destapando un poco más de goleador, y la realidad del fútbol es que un delantero vive de sus goles. Puedes hacer un buen partido, pero al final lo que marca estar más arriba, o que hablen de ti, son los números. Por eso estoy aquí», afirma. Con 13 tantos en el corto curso pasado, y ya 4 en el actual, este onubense, de 26 años, no se acomoda.

—Lleva solo uno menos que los pichichis Dioni y Guarrotxena, ¿al final de la jornada mira sus cifras para alcanzarlos?

—No, miro mis goles. Cuando termino el partido sí que me gusta ver mi partido para ver las ocasiones que metí y las que fallé, para ver si puedo mejorar algo. Pero no miro la tabla de goleadores, solo mis números y las ocasiones. Si he tenido en este partido tres o cuatro y he marcado una, pienso: «Pues pude hacer más goles». Eso sí lo miro, pero otra cosa no.

—El viernes se estrelló dos veces con el palo, ¿qué conclusiones saca de aquellas ocasiones?

—La que fue un tiro desde fuera del área es complicada de analizar. Pero hubo la ocasión del córner que le di al larguero. La he visto 30 o 40 veces, y sigue sin entrar, le sigo dando al larguero. No entra. No hay manera, por mucho que la vea (bromea). Es una acción muy rápida, porque yo pego el paso, y alguien de ellos la toca, y tengo que girar la cabeza un poco hacia atrás. Viene el balón muy rápido, y confío en que puede llegar, pero tampoco confío mucho, porque hay mucho barullo. Y, cuando me llega, no me la espero, y luego tengo la mala suerte de que se va al larguero. Antes, la primera que tengo es un pase en profundidad de Villares, que le pego de primeras, pero no, la tenía que haber controlado. Y, luego, en una transición en el segundo tiempo, le pego al palo corto, pero le tenía que haber dado al palo largo. Lo ves en el partido y es claro al palo corto, pero, luego, repetido dices: «Pues era al largo».

—Más allá de su actuación, ¿también da muchas vueltas al triunfo que voló?

—Sí, da mucha rabia, porque sabes que has dominado. Reconocemos que la SD Logroñés nos metió atrás en los últimos minutos, pero es verdad que dominas el partido, que tienes muchas ocasiones. Y da rabia, porque no las metes, pero ellos en el último minuto, de un centro lateral, te marcan el empate, y te vas como si hubieses perdido. Tienes un punto, pero te hubieses puesto líder. Pero eso ya es pasado, tenemos que centrarnos en el siguiente partido [contra el Real Unión de Irún el sábado a las cinco].

—Después de dos tropiezos seguidos, ¿están preocupados en el vestuario?

—No, nosotros vemos bien al equipo. En Salamanca tuvimos diez minutos malos que nos metieron dos goles, y en la segunda parte nos faltó profundidad, tirar más a puerta, intentarlo más… Justo lo que nos hizo la SD Logroñés aquí. Luego, el partido del viernes es una desgracia, porque si estás un poco acertado… con que metas una, te vas al descanso, o en el inicio de la segunda parte, con un 2-0 y el partido se termina. Y hasta podrías meter alguno más, porque cuando ellos arriesgasen algo, a la contra los podrías pillar. Pero fallas, fallas, fallas, y llega el empate que, es la verdad, nos supo fatal.

—¿Con ese espíritu crítico hasta dónde puede llegar?

—Yo quiero jugar lo más arriba posible, donde pueda jugar. Puedo tener esa capacidad de llegar alto, pero tengo que trabajar mucho, tengo que ir al gimnasio.

—¿Necesita mejorar en el aspecto físico?

—Es evidente que debo mejorar todo, pero... yo tampoco creo que tengamos un campo para estar todo el día chocando, saltando,... Tenemos un equipo de toque y de tener posesión. Debo mejorar el aspecto físico y coger un poco más de volumen, pero por estar más fuerte no voy a llegar a Primera División. Si fuera así, haría horas y horas de gimnasio. Tengo que mejorar en todo. Si estoy en Segunda B, es porque algo no estoy haciendo bien.

«Noel es uno más, no le vemos como un juvenil»

Quiles, que comparte posición con Noel, se refiere a la perla como «un chico 10» y no lo ve preocupado: «Está como el primer día, corre igual, presiona igual».

—¿Cómo ayudan a Noel en el vestuario?

Noel es uno más de la plantilla, no lo vemos como un juvenil. Es uno más, y hablamos con él como hablamos con Rafa de Vicente o Héctor. Es uno más. Sí que es verdad que la gente con más experiencia, que ha jugado a otros niveles, como Álex Bergantiños, Miku o Borja Granero, sí que le dan algún consejo. Pero yo con Noel, si me toca en el mismo equipo, le digo: «Noel, tú ya sabes cómo soy yo, que me gusta meterme para dentro e intento buscar pared». Y me dice: «Sí, yo también rompo, y hago así o tal». Hablamos normal. No tiene un trato especial.

—Hay grandes expectativas sobre él.

—Además, con lo joven que es, que lo ha llamado la sub-19, y que ya está en el primer equipo, está claro que se le podría subir a la cabeza y decir: «Yo soy un máquina». Pero no, está como el primer día, corre igual, presiona igual. Es un chico de 10.

—¿Podrían jugar los tres, usted, Miku y Noel, juntos?

—Sí, claro, eso al final lo decide el míster. Noel tiene que seguir trabajando, y ojalá esté aquí muchos años, porque es muy bueno.

—¿Cómo ha vuelto Trilli después de la lesión?

—Lo veo bien, hoy (por ayer) ha sido uno de los entrenamientos en que mejor ha estado. Es normal. Cuando pasas tanto tiempo lesionado, te debe de dar miedo esprintar o golpear fuerte. Eso tiene que ir poco a poco, e ir viendo las sensaciones que tienes. Lo he visto muy bien, ha sido el entrenamiento en que se le ha visto con menos miedo, donde ha ido mejor a los cruces y mejor ha golpeado. Lo he visto bien. Como Noel, al final, un jugador que lo ha llamado la sub-19 no puede ser malo.