Solo la facilidad que ha demostrado el Deportivo en los últimos tiempos para fallar cuando más falta hacía acertar explica el motivo por el que el partido contra el Langreo podía parecer más peligroso de lo que realmente fue. El equipo coruñés lo tenía todo en su mano para certificar la permanencia y consiguió el objetivo. Como no podía ser de otra forma. Porque, por muchos partidos como el de Luanco que haya jugado, este Dépor ha demostrado ser fiable.
Tras un mes de necesario aterrizaje y adaptación en el que los números fueron pésimos (dos empates y otras tantas derrotas), el encuentro contra el Guijuelo marcó el inicio de la era Rubén de la Barrera. Los vicios del pasado empezaban a desaparecer (quedaron algunos que reaparecerían). Diez encuentros disputaron los blanquiazules desde aquel 14 de febrero. Y los números hablan por sí solos: 7 victorias, 1 empate y 2 derrotas, con 14 goles a favor y solo 3 en contra.
Cifras que explican el buen trabajo realizado por el cuerpo técnico que capitanea el coruñés, que acabó haciendo números de ascenso. Aunque el calendario de la segunda fase no es comparable, el Unionistas ocupa la tercera plaza del grupo de arriba con los mismos puntos con los que el Deportivo tiene que conformarse con celebrar solo la permanencia, algo que a principio de temporada se hubiera considerado fracaso. Y que tiene que seguir considerándose fracaso del que es el mayor presupuesto en la historia de la Segunda División B. Un fiasco que ahora se maquilla con este esprint final en el que los blanquiazules han logrado evitar el jugárselo todo en la última jornada.
Y con esta tranquilidad, ahora le toca al consejo de administración hacer los deberes. El primero, firmar la renovación del hombre que ha devuelto la esperanza al deportivismo. De la Barrera es el elegido para encabezar el proyecto, incluso con mayores atribuciones que las que tiene actualmente. Falta que cierren el tema contractual (aspecto económico y duración del mismo) después de que los planteamientos iniciales de ambas partes estén muy próximos. No debería haber problema, pese a que ya hay clubes españoles de Segunda y de máxima categoría de ligas extranjeras que han llamado a la puerta del entrenador. El 3 de mayo del 2021 es el día 1 de la reconstrucción del Dépor. Queda mucho.