Riazor recuperó la alegría en el momento clave con el afán de despertar al Dépor después de una temporada de pesadilla
02 may 2021 . Actualizado a las 21:56 h.Tan emocionante como vital, Riazor recuperó la alegría en el momento clave con el afán de despertar al Dépor después de una temporada de pesadilla. «Tu curva sigue en pie, nos van a ver volver», gritaron 5.000 aficionados con una única garganta, la que padeció alejada de sus colores, nada más apareció el Deportivo sobre el césped. Unos minutos antes de las siete de la tarde, como si las ganas por el ansiado reencuentro trascendiesen aquello que marcaban las manecillas del reloj, el Deportivo salió al campo para disfrutar del aplauso de una hinchada con nada por reprochar y mucho que celebrar en una temporada dolorosa dentro y fuera del terreno. «¿Cómo me voy a olvidar que el Deportivo ganó la Liga?», cantó la hinchada.
La grada respiraba, sufría y vibraba con sus colores como si los 5.000 socios que habían pedido acudir al partido fuesen, en realidad, los más de 30.000 que llenaron el santuario blanquiazul en las grandes citas del centenario club. Había ganas de animar, y la hinchada mostró desde el minuto 1 un grado de compromiso y convencimiento que marcó la actuación de su equipo. Nadie se borró en el césped, porque desde la grada todos querían correr al lado de sus colores.
La confianza infinita de la afición que nunca se rinde en este equipo al que no le llegó más que para luchar por la permanencia no tardó en dar fruto al Dépor en forma del primer gol. Fue un maravilloso remate de espuela de Miku que contribuyó aún más al ambiente festivo que se respiró en el estadio. Si la primera ovación sonó a reencuentro, la segunda premió al gran protagonista de la segunda mitad de la temporada. Villares se corrió más de medio campo para frenar una contra del Langreo y la grada se lo reconoció feliz. Riazor se ha encendido, que nunca más se vuelva a apagar.