Las individualidades del Dépor superaron a las del Numancia

José M. Pose

TORRE DE MARATHÓN

Keko conduce el balón ante varios jugadores del Numancia
Keko conduce el balón ante varios jugadores del Numancia CESAR QUIAN

19 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El Deportivo sacó adelante un partido trascendental. El primer encuentro clave de esta segunda fase de competición, que va a marcar mucho lo que queda de torneo. Es probable que al conjunto de Rubén de la Barrera le baste con vencer el duelo que le resta en casa, teniendo en cuenta que el Numancia aún debe visitar A Malata. En cualquier caso, la victoria logra que disminuya la sensación de sufrimiento constante que se venía dando desde que arrancó la temporada.

Precisamente ese triunfo constituye lo mejor del choque. Es cierto que se notó una progresión respecto a lo exhibido en Langreo, con las ideas más claras y el factor campo a favor, pero enfrente hubo un rival bien plantado que dificultó mucho el juego de los coruñeses y exigió resolver el partido a través de un par de acciones a balón parado.

El equipo sin balón no acaba de encontrarse cómodo. Permite demasiados centros al adversario y pases en zona de finalización. Cuando se conserva la pelota, el Deportivo sabe qué hacer con ella, pero si no logra estirar las posesiones, lo pasa mal, le cuesta demasiado generar frente a oponentes organizados, como el Numancia. Por eso el encuentro se decidió gracias a que las individualidades locales superaron a las visitantes.

En este apartado, hay que hacer mención especial a Celso Borges. No fue el box to box de otros cursos, pero apareció cuando debía. La cita reclamaba que brillaran los jugadores más importantes; que dieran un paso al frente. Y él lo hizo más allá del gol. Tenerlo en el campo aporta mucha más presencia ofensiva que contar con Uche. Es más un 8, para actuar por delante del mediocentro. Esto redunda en la presencia en área.

Además del costarricense, la novedad en el once estuvo en Lara, para buscar el uno contra uno, más que tratar generar superioridades. Es un futbolista profundo y de nuevo intervino con éxito: centró en el 1-0.

El otro tanto llegó a través de Miku, que realiza con eficacia el trabajo de 9. No es un jugador para buscar espacios en velocidad o caer a banda, pero sí domina la zona que le rodea. Descarga balones, fija centrales... Y marca. Tira el penalti y lo mete.