El Dépor mete la directa en Riazor  (2-1)

Pedro José Barreiros Pereira
P. Barreiros A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

Se acerca a la Primera Federación tras conquistar su quinto triunfo consecutivo como local frente a un Numancia peleón y que no se rindió ni con diez

18 abr 2021 . Actualizado a las 23:38 h.

Al Dépor no hay quien le tosa en Riazor. Todos los males blanquiazules se han acabado en el estadio coruñés, donde contra el Numancia contó su quinto triunfo consecutivo (2-1) y dio un paso de gigante, quizá definitivo, a continuar la próxima temporada en la tercera categoría del fútbol español, la nueva Primera Federación. Un gol de Borges, que volvía al once, y el quinto de la cuenta de Miku, que no falla desde el punto de penalti, hicieron inútil el de Asier Benito para un bravo Numancia.

El Deportivo se fue al descanso por delante en el marcador tras un primer tiempo de contrastes. Los coruñeses, que salieron mandones y apretando con un dominio abrumador a un sorprendido Numancia, hallaron el gol en una jugada a balón parado, justo la única suerte con la que el rival era capaz de hacerle daño. Y ya por delante en el marcador, cuando la posesión de la pelota abría a los blanquiazules todas las posibilidades de una victoria cómoda, un par de imprecisiones en la salida desde su campo cambió el signo del partido, que bien pudo llegar empatado al descanso.

De la Barrera devolvió a Borges al once y la decisión no atravesó el ecuador de este período sin que se volviese acertadísima. El costarricense no solo insufló al Dépor precisión y paciencia para ir echando poco a poco a los visitantes contra la frontal de su área, sino que hasta decantó el marcador. Solo Villares había chutado sobre la meta de Miralles después de que recogiese un rechace, pero, como en Langreo, el remate se perdió fuera. A los 22 minutos, en un córner desde la derecha, Keko sacó en corto, el centro fue de Lara y Borges cabeceó desde el corazón del área para adelantar a su equipo. Primer gol del tico, tantas veces criticado a lo largo del curso, pero decisivo en su regreso a la alineación.

El gol puso nervioso al Dépor, mientras el Numancia se envalentonó. Poco después, un error de Mujaid, que midió mal para cortar la pelota y permitió que Asier Benito encarase a Lucho García, aunque el atacante del equipo soriano chutó fuera, brindó a los visitantes el punto débil por el que hacer daño al Dépor: la salida del balón. Por ahí percutió hasta el descanso sin pausa y con los coruñeses defendiéndose como gato panza arriba. Antes del final, Menudo sirvió una falta frontal hacia David Castro, que forzado remató a las manos del meta deportivista, y, en la ocasión más clara, al contragolpe, Aguirre la puso en el segundo palo, pero no llegó Moha por un pelo.

Los visitantes sí acertaron a la vuelta de los vestuarios. Tamayo centró y Asier Benito, que entraba como un obús sin que ninguno de los centrales deportivistas lo detectasen, cabeceó a placer en el área pequeña con Lucho García como una estatua bajo el larguero. Y aún pudo ser peor, si Héctor Hernández no salva en una espectacular carrera el mano a mano de Moha ante el meta deportivista.

El Deportivo ya no manejaba la situación, pero se encontró con un penalti regalado. Lillo sacó el brazo para controlar un rechace en el área del Numancia y el árbitro señaló el penalti. Miku acertó desde el punto de los once metros por tercera vez en las cinco últimas jornadas. Fue su quinto gol desde que se estrenó con aquel triplete de Vigo. Esta vez los coruñeses olieron sangre y sirvieron al equipo soriano su misma medicina. Un robo de Keko provocó la expulsión de Borja López cuando el madrileño pisaba el balcón del área. Pero ni con diez perdieron los visitantes el timón del partido, mientras el Dépor se confiaba a un contragolpe final. Estuvo cerca Raí en un chutazo que se perdió cerca de la escuadra.