Rubén de la Barrera cumple mil en el Dépor

La Voz

TORRE DE MARATHÓN

De la Barrera, junto al lateral Héctor Hernández en un entrenamiento
De la Barrera, junto al lateral Héctor Hernández en un entrenamiento César Quian

El equipo coruñés roza el millar de minutos con el joven técnico en el banquillo desde un estilo claro, los elogios de los jugadores y el interés por su continuidad

16 abr 2021 . Actualizado a las 10:28 h.

Rubén de la Barrera lleva 990 minutos al frente del banquillo del Deportivo y cumplirá mil en el partido del domingo (19 horas, TVG2) contra el Numancia en Riazor. Será toda una final para que los blanquiazules sigan dependiendo de sí mismos en la lucha por jugar en la nueva Primera Federación. El impulso del joven entrenador coruñés no evitó el fracaso de quedarse fuera de la fase de ascenso, pero su trabajo y capacidad ha recibido las alabanzas del vestuario, mientras el club piensa en él como uno de los pilares del próximo proyecto. Estos son los rasgos que caracterizan al Dépor de De la Barrera:

Ideas claras, pero también variabilidad

Rubén de la Barrera llegó al Deportivo con una forma de ver el fútbol muy definida y alejada de la anterior, pero nunca dudó: línea de cuatro en defensa, tres centrocampistas en la sala de máquinas, extremos y un único delantero. Ni siquiera dudó después de no ganar ninguna de sus cuatro primeras jornadas (dos empates y dos derrotas). Eso sí, ha ido matizando su propuesta, y es habitual ver cómo esta progresa durante los partidos. En una entrevista a La Voz en el 2017, el técnico se declaraba «un defensor a ultranza de la variabilidad. Es muy complicado expresar durante noventa minutos lo que quieres llevar a cabo y eso implica exprimir todas las posibilidades», reconocía.

Seguridad defensiva y Riazor como fortín

Seis goles encajados en once jornadas, y de estos, cuatro en los partidos contra el Compostela y el Coruxo. Hay más encuentros bajo su mando en que el Dépor acabó con la portería a cero. Exactamente son siete: frente al Salamanca, el Unionistas, el Guijuelo, el Pontevedra, el Celta B, el Zamora y el Marino. Sin ser un equipo que se resguarde especialmente en defensa, el estilo de De la Barrera lo ha convertido en un bloque sólido que apenas encaja. En casa solo perdió un partido y, además, ha sumado los doce últimos puntos en juego como local.

Un once casi de carrerilla con pequeños matices

Lucho García, Bóveda, Mujaid, Granero, Héctor, Bergantiños, Uche Agbo, Villares, Raí, Keko y Miku. Esta es la alineación tipo del entrenador coruñés. Solo alguna baja puntual o la polivalencia de Raí, que le ha permitido alternar la banda y la mediapunta, ha alterado esta estructura. La entrada de Lara o Salva Ruiz en banda, así como el progresivo protagonismo de Borges tras su lesión seguirán enriqueciendo una propuesta en la que Nacho, Beauvue, Valín y Gandoy se convierten en los grandes olvidados.

El discurso externo: claro y apartado de las portadas

Dejó su primer gran titular nada más vestirse con el chándal deportivista, aquella frase de «venimos a full» con la que estableció su lema de trabajo en el Deportivo. Desde entonces, las declaraciones públicas de De la Barrera han evitado las letras gruesas o la polémica y, sin dejar de llamar a las cosas por su nombre, se han cargado de didáctica, sentido común e importancia en el trabajo diario.

Entrenamientos con carga física y técnica, pero también mucha táctica

En la preparación sobre el campo a las órdenes de De la Barrera, hay tiempo para los rondos y los partidillos, algún circuito físico o el balón parado, pero el joven entrenador nunca duda en parar y repetir las veces que considere un ejercicio hasta que sus jugadores lo completen como estima que debe salir. Sin poses impostadas ni exceso de vehemencia, es él en primera persona quien dirige los ejercicios tácticos y el que se dirige a los jugadores en voz alta y clara, incluso corriendo de una parte a otra del campo para que a todos les quede claro lo que está diciendo.

Diálogo en el vestuario e importancia al rival

Situaciones como la de la pasada semana, cuando la plantilla pidió no entrenarse en hierba artificial, definen el estilo cercano y dialogante implantado por el entrenador. En una entrevista a La Voz, Derik se refería así a De la Barrera: «Es un apasionado del fútbol. Ama lo que hace, lo vive y nos lo transmite». Y todo un veterano como Granero reconocía que tras sus conversaciones con el técnico había cambiado su forma de entender conceptos básicos del fútbol relacionados con el tiempo y el espacio.

Líder de un cuerpo técnico en el que todos aportan matices

El coruñés encabeza un cuerpo técnico al que llegó junto a Secho y Julio Hernando. Aquel se ocupa del análisis propio y de los rivales, pero también prepara tareas tácticas en los entrenamientos, mientras este no se ciñe a la preparación física, sino que anima, corrige y está pendiente de cada futbolista desde el principio al fin de las sesiones. A estos se han unido técnicos de la casa como Alberto Casal y José Ángel Franganillo, quien se ocupa de la grabación y edición de los entrenamientos. En los partidos, Casal, preparador de porteros, da instrucciones a los suplentes que van a entrar con la libreta de tácticas en la mano.

La plantilla preparó el partido a puerta cerrada en el estadio

Rubén de la Barrera combina los entrenamientos en la ciudad deportiva con otras sesiones específicas en el estadio. En las últimas jornadas incluso se ha desplazado a Riazor en dos ocasiones a lo largo de una misma semana. Ayer el trabajo se desplazó al recinto blanquiazul con el fin de ultimar la preparación de la plantilla de cara al partido de este domingo contra el Numancia. El entrenador deportivista, que ha podido contar con todos sus jugadores, a excepción de los lesionados Derik y Borja Galán, dispuso una tarea de defensa-ataque con centros laterales, un ejercicio de posesión y una serie de partidos a tres cuartas partes de campo. En las tareas también participaron los fabrilistas Juan Rodríguez y Adri Castro. Hoy las tareas regresan de nuevo a la ciudad deportiva de Abegondo, donde la plantilla acometerá el entrenamiento más liviano de la semana a partir de las diez y media de la mañana.