Villares, el Deportivo que viene

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Desde su debut, el canterano, que sigue la estela de otros ilustres de la base blanquiazul, ha jugado todos los minutos de la racha de cuatro victorias seguidas

09 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Mi reto es seguir ayudando al equipo». Con la modestia por bandera y sin levantar la voz, Diego Villares ha pasado en cinco jornadas y media de veterano del Fabril, a santo y seña del resurgir deportivista. Desde su estreno con el primer equipo en el descanso del partido contra el Coruxo en O Vao, solo Borja Granero puede presumir de más minutos como él con la blanquiazul. Así, aunque se ruborice desde la humildad y hasta apele al sentimiento colectivo de alcanzar el objetivo de la continuidad en la tercera categoría, nadie como este humilde jugador de Vilalba, que llevaba dos temporadas y media en el filial sin que casi nadie reparase en él, para personificar la perseverancia, el amor a los colores y el hambre en que se quiere basar el Dépor del futuro.

El equipo coruñés visitará el domingo (17.00 horas, Footters) al Langreo después de cinco triunfos en los seis últimos partidos de Liga. En todas estas alineaciones aparecieron Lucho García, Granero, Villares y Raí, pero de este cuarteto solo el portero y el exfabrilista disputaron al completo los cuatro últimos, justo la racha de triunfos consecutivos. Álex Bergantiños, que también jugó sin pausa en las victorias frente al Marino, el Zamora, el Celta B y el Pontevedra, no participó en la del Guijuelo, cuando su compañero en el centro del campo comenzó a convertirse en indiscutible.

De la Barrera no dispone de otro centrocampista con sus condiciones. «Tiene capacidad de influir y presencia en muchos metros cuadrados y en muchas líneas del rival. Nos ayuda a iniciar el juego, en el desarrollo del mismo y en el área rival. Tiene capacidad para llegar», ha repetido el entrenador respecto a las cualidades que aprecia en él. Además, estas le han valido para que su puesto no tiemble en la alineación, ni siquiera aunque Celso Borges, fichaje estrella del proyecto, haya superado su lesión y se encuentre a disposición del entrenador desde el pasado partido en Riazor. En una entrevista a La Voz, su compañero Borja Granero insistió al respecto de Villares que combina el recorrido de un todocampista, es decir, de un interior capaz de defender en su área y atacar en la contraria, con el criterio y la organización de un mediocentro puro.

La combinación de sus cualidades humanas y futbolísticas han dotado al Deportivo de un jugador de prometedor futuro que en junio cumplirá 25 años y cuenta con contrato por otra temporada más. Su caso es tan extraordinario, que hay que pasar muchas páginas de las orlas de canteranos del club coruñés hasta encontrar otro estreno como el suyo. Hace dos temporadas, el salmantino Diego Caballo dio el salto al primer equipo después de una única campaña en la base. El lateral izquierdo jugó 25 partidos en Segunda División, incluidos los cinco primeros de la temporada de su debut, para marcharse al inicio del curso siguiente. Previamente, hubo otros exfabrilistas y canteranos que han ido encontrado hueco con más o menos fortuna en el primer equipo, como Edu Expósito, Pablo Insua, Juan Domínguez, Diego Seoane, Laure o Fabricio, pero todos alternaron su debut con suplencias, o hasta regresos al filial antes de derribar la puerta del fútbol profesional.

Ejemplos

Por su semejanza se podrían establecer paralelismos entre la situación de Villares y las que pasaron su compañero Álex Bergantiños y el exdeportivista Adrián López, Piscu, para convertirse en jugadores del primer equipo del Deportivo. El actual capitán blanquiazul completó un periplo de préstamos en el Xerez (con el que ascendió y jugó en Primera), el Granada y el Nàstic antes de hacerse hueco en Riazor. Solo después de esas sucesivas cesiones jugó los 42 partidos de la temporada 2011-12 en que el Dépor recuperó su plaza en Primera. Por la fulgurante rapidez del salto al profesionalismo, el ascenso de Villares se parece más al de Piscu. Lotina llamó a la puerta del central, destacado del Fabril en la temporada 2007-08, casi de improviso. Un fin de semana jugó en Segunda B con el filial y, siete días después, saltaba como titular contra el Espanyol. El joven futbolista de 20 años completó trece jornadas seguidas en el once inicial y disputando los noventa minutos. En los espejos de uno y otro se mira ahora Villares, el jugador que personifica al nuevo Dépor.