Los números sostienen la fórmula blanquiazul, desaparecida la fluidez de las últimas citas
05 abr 2021 . Actualizado a las 18:33 h.En el momento del corte, el Deportivo se ha enganchado al grupo bueno y circula en cabeza tras el demarraje a pie de puerto. El pelotón empieza en la cuarta plaza, a siete puntos con quince en juego; los favoritos puestos en fila y una derrota de tiempo extra sobre el tercero. La ventaja se ha consolidado gracias a la cuarta victoria seguida; el fruto de otros tantos encuentros sin permitir que el adversario llegue a la red que protege Lucho. Siete goles a favor, ninguno en contra. Todo números.
No hay sensaciones a las que agarrarse después de despachar al Marino. Quizá la de esta solvencia inmune a otra baja en la línea ya mermada por la única lesión de largo alcance. Perdido Derik, fue necesario afrontar cuarenta minutos sin Granero. La reacción refrendó el motivo del buen momento. Bergantiños ya no es más el chico para todo. Al menos, de momento. No hay nadie en el plantel que pueda suplir al capitán en el papel de enlace, así que si se precisa un injerto en el eje de la zaga hay que buscar piel en otra parte. Le tocó a Bóveda cambiar de plaza y a Valín saltar al campo. Después aún le llegó el turno a Gandoy para probar que todavía hay sitio en este Dépor para quienes arrancaron el curso como presuntos beneficiarios del impacto de un descenso en la cantera.
Sin embargo, el gran favorecido por el descalabro apareció a medio camino y por sorpresa. Estaba en el filial, atado por la edad, pero con 24 no se acaba el fútbol cuando se lleva tanto dentro. Villares es el único futbolista importado del Fabril que no se ha bajado del once desde que le hicieron hueco. Al primer equipo le faltaba fluidez y a De la Barrera se le concedió el deseo que Vázquez no vio cumplido. El de Castrofeito solo recibió a Nacho para facilitar el tránsito. Hoy el uruguayo es pasado y el presente está en Vilalba. Y un poco en Brasil, porque Raí cabe también entre los indispensables. A él se encomendó el míster para disimular la baja de Uche. 165 centímetros donde los 185 del nigeriano.
La idea era perforar al toque la malla de Manel y su Marino. Funcionó regular el plan. El Deportivo se enredó en el atasco y empequeñeció en el juego aéreo. Borges, el otro plan B, no salió del banquillo por primera vez esta campaña. La solución estaba en las bandas, pero costó llegar a ellas. El duelo discurría sin golpes hasta que uno tumbó a Lara, otro de los sospechosos del mercado veraniego. Miku aprovechó la ocasión: cuarto gol en los últimos tres partidos. Más números de los que tirar cuando el espectáculo deja mal cuerpo.