La ubicación del brasileño, indiscutible para Rubén de la Barrera desde que llegó al equipo coruñés, definirá la propuesta blanquiazul ante el Marino de Luanco
03 abr 2021 . Actualizado a las 20:31 h.«Ahora, con Raí en la mediapunta y Álex y Diego juntos». Del 4-1-4-1 al 4-2-3-1, a través de dos cambios de altura en la medular. En un momento del ejercicio, Bergantiños abandonó su puesto de ancla para coincidir con Villares en el doble pivote y Raí se separó del exfabrilista para escoltar a Miku, intercalado entre Lara y Keko en horizontal. El brasileño es el último multiusos adquirido por el conjunto blanquiazul, como ya adelantó Rubén de la Barrera el día en que el futbolista llegó desde Zaragoza poco antes del cierre del mercado invernal. «Lo veo en cualquier posición de ataque, tanto por fuera como por dentro. Tiene capacidad para jugar entre líneas», explicó el míster, leyéndole el porvenir a su jugador.
Dos días más tarde, lo envió al campo a jugar y ya no le ha permitido bajarse del once del conjunto coruñés. Solo el impacto de Villares, ascendido para encender las luces del Dépor a falta de otro especialista en el grupo, ha difuminado la huella de uno de sus socios en ese terreno que lleva desde la divisoria al área rival. Entre ambos ofrecen lo que se buscaba en Nacho, fichado como enlace con la zona de gol y desaparecido desde que se produjo el relevo en el banquillo y la renovación en el plantel.
Con Villares se encontró un pasador capacitado para superar líneas y organizar al equipo. Con Raí, «un jugador que puede encarar y generar peligro, de esos que piensa en la portería y es agresivo en todo lo que hace», según la radiografía de su entrenador. Ambos se han visto favorecidos por el redescubrimiento de Álex Bergantiños, que sale a reaparición por curso para beneficio del resto. El capitán les ahorra esfuerzos y genera el equilibrio indispensable para que quienes se mueven por delante actúen con mayor libertad. Ahora se anuncia un nuevo retoque en la formación inicial que afectará de algún modo a esta pareja de novatos afianzados como indiscutibles.
Uche vio ante el Zamora una amarilla que le hace completar ciclo de amonestaciones y obliga a buscarle un recambio. La duda acerca de su reemplazo podría quedar liquidada atendiendo a la recuperación de Celso Borges, quien no ha mezclado demasiado bien con el nigeriano sobre el césped, pero aporta también presencia física y le añade llegada desde segunda línea, además de ofrecer garantías en acciones a balón parado, arma recurrente del próximo visitante de Riazor. Como plan B figuraría incluso la oportunidad de Gandoy, sin apenas minutos con Rubén de la Barrera al frente.
Sin embargo, los ensayos del entrenador no han ayudado a los observadores a resolver la duda, a la que por el contrario ha añadido otra variable que pasaría por recurrir a Lara para otorgar mayor amplitud frente a la zaga de cinco jugadores que suele emplear el Marino y centrar la posición de Raí. El brasileño marcará de este modo la tendencia del conjunto coruñés en el estreno de la segunda fase de competición. Una cita que sirve de tregua en la constante disputa de finales a las que se había visto forzado el Dépor tras el tramo turbulento que medió entre los dos duelos con el Pontevedra. El último dio comienzo a esta racha de tres victorias que necesita ampliarse para asegurar el concurso en la Primera Federación. Se trata de afianzar el modelo mientras se persigue el mal menor.