Noventa minutos para la historia en Riazor

TORRE DE MARATHÓN

Ramón Leiro

El Deportivo y el Pontevedra se juegan en un dramático partido sin paliativos sus aspiraciones de este curso y hasta la categoría en que jugarán el próximo

07 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Nada será igual para el Dépor y el Pontevedra al término del partido de este domingo. Es seguro que el triunfo, el empate y la derrota dejarán víctimas tras noventa minutos en los que se juegan mucho más que tres puntos. Para empezar, está el devenir inmediato, para qué servirán los seis puntos que quedarán por disputar. Los dos grandes favoritos de octubre aspiran a minimizar daños. Ninguno quiere pasar de candidato al ascenso a carne de cuarta categoría. Pero la picadora en que se ha convertido esta temporada en Riazor y Pasarón ha machado sin piedad los dos proyectos. No hay respiro para equipos que hace nueve jornadas se enfrentaban en pos del liderato, pero que empataron (1-1, Rolan inauguró el marcador, pero Rufo igualó casi de inmediato) y dejaron vía libre a un declive imparable.

En A Coruña hace tiempo que el Dépor agotó las palabras y se hizo rehén de su irregularidad, falta de carácter y escasísimo acierto. Después de quince jornadas nefastas, todavía le quedan tres para edulcorar el desastre, o quedar retratado definitivamente como el peor de su centenaria historia. No hay paliativos para un equipo que apenas supera en dos puntos a su rival, y donde ni siquiera ha funcionado el efecto del cambio de entrenador. Rubén de la Barrera aspira a celebrar no solo su segundo triunfo, sino su segundo gol. Esta es la funesta realidad competitiva que protagonizan sus jugadores.

El Pontevedra saltará al césped de Riazor desde una situación límite en la que tampoco se creyó ver nunca. Cuarto por la cola, con apenas un punto de margen sobre el Coruxo, quiere agarrarse al Deportivo como un salvavidas que le reabra las puertas de la zona intermedia y, a partir de ahí, hasta el sueño de la continuidad en la tercera categoría. Ni mucho menos este es el premio que esperaba, después de reunir a Rufo y Charles en delantera. El efecto Luisito, quien le dio la remontada a domicilio contra el Salamanca, pero no le impulsó frente al Compostela, hasta le da un cierto aire de revancha, por su reciente paso por el Fabril, a un partido que no hará prisioneros.

El público vuelve a las gradas

Después de varias jornadas con Riazor totalmente vacío, habrá una representación de la afición deportivista en la grada de Tribuna. El club despachó de forma telemática entradas destinadas a sus socios protectores al precio de seis euros. Aunque el número de localidades a la venta no trascendió, se estima que entrarán al estadio alrededor de 500 seguidores. Hasta ahora, el último partido en el que la hinchada que nunca se rinde pudo acceder a Riazor fue el encuentro del pasado 24 de enero contra el Compostela, cuando también medio millar de personas acudieron a animar a sus colores, pese a que el club no había vendido entradas.