La estructura del liderazgo

José Barcia

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

25 feb 2021 . Actualizado a las 10:16 h.

La situación que el Deportivo está atravesando deriva de muchos condicionantes en contra y que llevan a pensar que algo se está haciendo mal. Mudanza completa en la directiva, relevo del entrenador sin buenos resultados, jugadores de los que se esperaba mucho más, pero no han arrancado,... Su primer problema fue que le costó aceptar que había descendido de categoría. El equipo empezó la pretemporada y aún se hablaba del desaire del descenso: que si era justo, o no, que si había procesos abiertos... Costó aceptar la Segunda B, que es muy competitiva y complicada. De inicio, el equipo no aceptó la realidad y así difícilmente alcanza el éxito en un desafío tan grande como es que el Deportivo necesita retornar de inmediato a la Segunda División. Y en un contexto en el que todos los rivales veían la oportunidad de medir sus fuerzas con él.

Tampoco favorecieron los sucesivos cambios relacionados con el entorno del equipo. El entrenador fue despedido y, en el plano del liderazgo, esta no parecía una buena decisión, porque desde su regreso al banquillo, ya la temporada pasada, había asumido un papel muy preponderante. No en vano, conforme pasa el tiempo, su baja cada vez se está volviendo más y más acusada en este contexto de crisis.

En cualquier trabajo no se necesita un único líder, sino varios. Es cierto que en los entornos deportivos se tiende a hablar de uno solo, pero es mejor hablar de líderes. La selección española de fútbol que fue campeona de todo disponía de líderes en el campo y en el vestuario. ¿O acaso por qué iba convocado Reina, si nunca jugaba? No salía al campo, pero aportaba muchísimo al equipo. En Uruguay pasaba algo parecido. La mejor selección uruguaya de los últimos años llevaba siempre al exdeportivista Abreu, porque tenía un liderazgo en el vestuario como ningún otro. Luego, la pelota era de los Godín, Cavani, Suárez, Forlán,...

Por eso, hay muchos tipos de líderes en un equipo. Lo ideal es que uno siempre sea el entrenador. En situaciones de crisis se suele aconsejar un entrenador que marque el camino o un líder autoritario. Y se pone el ejemplo de barco que se va a pique. Cuando un barco se hunde hay una norma establecida: las mujeres y los niños, primero. No se discute nada. El capitán manda y la tripulación asume funciones militares. En el Madrid o el Barça cuando hay algún problema se apela a un entrenador autoritario: Mourinho, Koeman,... Se suele tender a ese camino, pero ese liderazgo solo funcionará a partir de una estructura hecha.

José Barcia es psicólogo y preparador físico