El técnico aísla y justifica los últimos diez minutos de un partido en el que el Deportivo estaba obligado a ganar por encima del cómo
14 feb 2021 . Actualizado a las 20:14 h.Asume que el Dépor no puede acabar pidiendo la hora en un partido que dominó durante casi ochenta minutos, pero entiende que era tan importante la victoria que incluso ese sufrimiento final es perdonable. Rubén de la Barrera vio cómo el Dépor estrenaba el casillero de triunfos con él en el banquillo y quiere pensar que este será el primer paso de cara a luchar por metas mayores.
«Creo que la lectura de este partido debe ir enfocada única y exclusivamente hacia que la victoria era el resultado que teníamos que conseguir», inició su intervención el entrenador coruñés.
A partir de ahí, entiende que «ocurrieron muchas cosas positivas, pero en la situación en la que estamos, cuando tú no cierras el partido, acabas como nos sucedió, con esa incertidumbre que genera la necesidad del resultado y la clasificación».
Está convencido de que «el equipo hizo cosas para marcar más de un gol», pero que era tal la ansiedad que tenía que incluso en esta ocasión «es perdonable» que no lo lograse y valora lo bien que «se defendió el resultado en los últimos minutos».
En este sentido, De la Barrera considera que el no conseguir cerrar los partidos es un mal que arrastra el Deportivo desde hace tiempo. «Hoy comentábamos antes del duelo que en los últimos 20 meses, el Dépor no había ganado ningún partido por más de un gol de diferencia. Eso habla de encuentros a cara de perro y de que una victoria cuesta muchísimo». E insistió en qué era lo fundamental ante el Guijuelo: «Había que cortar la dinámica que llevábamos. Y ahora hay que buscar continuidad. Está claro que no se puede perdonar lo que perdonamos en este partido, pero insisto en que hoy me valía todo».
Llegados a este punto, el técnico blanquiazul explicó los motivos de una alineación revolucionaria, aunque escapa a la hora de utilizar ese calificativo: «No me gusta hablar de revoluciones. Sí de decisiones que se toman al analizar qué puede suceder en un partido. En consonancia a eso, el entrenador actúa. Yo analicé el rendimiento del equipo en Coruxo. Intento abstraerme del resultado final. Y a partir de ahí y de lo que me esperaba del Guijuelo, actúo», comentó.
En este sentido, explica que apostó por Lucho González en la portería, pero sin que eso suponga que Carlos Abad pasa a ser suplente: «Yo no veo el caso del portero aislado del resto de jugadores. Entiendo que puede entrar o salir del equipo sin más. Hoy ha jugado Nacho, por lo que nos podía aportar, pero no significa que esté fuera ya para siempre».
Por último, De la Barrera valoró el partido realizado por futbolistas como Villares, Bóveda, Héctor o Celso Borges, que contribuyeron a que «jugáramos como un equipo de verdad, con buena organización». Asimismo, mostró su esperanza de que las molestias sufridas por Miku antes del partido no pasaran de ahí, aunque advirtió de que habrá que esperar a mañana, lunes, para saber si van a más.