Rayco y Villares, mucho más que un recurso accidental

TORRE DE MARATHÓN

Técnicos con los que trabajaron los nuevos integrantes del primer equipo del Dépor analizan sus condiciones y lo que pueden aportar al proyecto de Rubén de la Barrera

02 feb 2021 . Actualizado a las 15:10 h.

Simón Lamas y José Durán. Difícil encontrar dos personas con más fundamentos para sostener que el salto de Diego Villares y Rayco Rodríguez al Deportivo es mucho más que una carambola propia del frustrante último día en el mercado invernal.

Simón y Villares coincidieron en distintas etapas en el Racing Vilalbés, donde el primero todavía ejerce de entrenador y ejemplo de una excelente camada de jóvenes técnicos gallegos. Apenas le separan cuatro años del nuevo integrante del primer equipo blanquiazul, con quien comparte además condición de vecino de la localidad lucense. «Le escribí en cuanto me enteré de la noticia. Estaba feliz, claro. Todos los que lo conocemos sabemos que estaba preparado. El mundo del fútbol es muy complicado, pero a él le ayuda mucho su mentalidad. Siguió trabajando duro pese a ver que por edad no le llegaba la oportunidad de dar el paso, y eso que ahora cada vez es más común que los chavales tiren la toalla cuando las cosas no llegan de inmediato». La perseverancia ha dado fruto, pero no solo para Villares, sino también para Rubén de la Barrera, quien verá por fin cubierta una plaza indispensable para sostener su propuesta.

«Diego puede jugar por dentro o por fuera, pero creo que su mejor rendimiento lo da de 8 o de 10, con llegada desde atrás. A nivel de transición es muy inteligente, con un cambio de ritmo que le hace superar líneas y con espacios resulta difícil de parar. Domina muchos registros. Su lectura del juego con balón y sin él es lo mejor que tiene, le permite adaptarse a diversos contextos y modelos», detalla quien fue entrenador del ya exfabrilista durante su último año de juvenil y de nuevo en los seis meses en que estuvo cedido por el filial del Dépor al Vilalbés.

«No todos los futbolistas tienen esa capacidad de adaptación. Absorbe todo lo que se le explica y lo integra en su fútbol. En transición defensiva intuye muy bien el momento de recuperación, cuándo puede saltar y cuándo debe tapar espacios. Ve enseguida hacia dónde tiene que orientar la presión o cuál es el momento de actuar. Además, coloca muy bien el cuerpo y eso le hace ganar duelos», desgrana Simón. Repertorio que le invita a afirmar que Villares «va a aportar mucho también a nivel defensivo».

No obvia un lunar: «Es cierto que le falta juego entre líneas, de espaldas a portería, y es en eso en lo quizá que pueda mejorar ahora, con los entrenamientos. Crece cuando ve el juego de frente porque entiende muy bien los espacios. Todavía no está quizá para actuar de organizador, pero sí para actuar de tres cuartos hacia delante, tiene cambio de ritmo para la conducción, inteligencia para el pase, y gol».

Rayco no se arruga

Facilidad para ver puerta que adorna especialmente a Rayco, como bien sabe José Durán, un entrenador vinculado a varios de los grandes éxitos del Lugo en distintas categorías. Al frente del Polvorín coincidió durante dos cursos con el canario: «Es un futbolista que me gusta mucho. Encaja en ese perfil de jugador que aporta de todo, en faceta ofensiva y defensiva. Contagia al equipo su capacidad de presión y trabajo, sus ganas de recuperar el balón rápido. No se arruga nunca y defiende hacia delante. Es importante además en acciones a balón parado. No lo parece, porque es delgado, pero tiene condiciones innatas para ayudar en el trabajo de recuperación».

«En fútbol combinativo tiene una calidad tremenda para asociarse. Además, ofrece algo fundamental: capacidad de desborde. Un talento natural para descongestionar cuando el balón está en zona de peligro y llegada a zona de finalización, con remate y último pase. Pelea mucho en el juego directo, tiene una muy buena disputa. Es un futbolista muy completo, más que capacitado para Segunda B», afirma Durán.

¿Y en la caseta? «Es tranquilo, callado, evita llamar la atención. —abunda el técnico—. Es alegre sin excederse, nunca va a querer ser protagonista». En el césped, sí. Él y Villares, feliz resultado de un turbulento mercado invernal.