—¿La presión ha influido en su rendimiento de estos meses?
—No. Yo estoy tranquilo. Durante mi carrera he intentado mantener el mismo plano: cuando las cosas van bien, no me creo el mejor del mundo, y si no van bien, no me creo la última mierda. Trato de ser constante. Hace muchos años, en el Valencia, David Albelda me dio un consejo que he intentado aplicar durante toda mi carrera. Tengo un bagaje encima y un recorrido, pero eso queda atrás y no puedo vivir de mi pasado.
—¿Cómo fue eso de Albelda?
—Me tocó con él de compañero de habitación en mi primera convocatoria con el Valencia en Primera. Yo venía de meter tres goles en Liga Europa y me dijo que no me fuera a creer el mejor de la plantilla, que por delante estaba Villa, pero que tampoco me creyera nunca el peor. Que intentara mantener siempre un plano regular en cuanto a mentalidad, sin altibajos anímicos, porque eso me haría poder jugar muchos años. Y así soy, recto en todo, pase lo que pase.