La hora de vencer y convencer

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Con el abanico de atacantes por fin al completo, el Dépor precisa mejorar en juego y registros ofensivos para este duelo con morbo ante un Celta B sólido a domicilio

13 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Al 2020 del Deportivo solo le faltaba echar el cierre (Copa mediante) dando cobijo en Riazor al Celta B. El encuentro que marcará el final del año liguero resume todo lo sucedido a caballo entre dos cursos para nunca olvidar. El del hito histórico de un descenso sin precedente en las últimas cuatro décadas, y el de enfilar el camino de la recuperación.

La primavera de la pandemia tuvo su golpe de gracia en ese desenlace de temporada con suspense administrativo para matar el amago de milagro articulado por Fernando Vázquez. El técnico no logró culminar la gesta (caso Fuenlabrada mediante) pero se ganó al menos el derecho de resarcirse intentando el ascenso forzoso en una categoría que garantiza varios duelos de rivalidad vecinal. Ninguno con el morbo que encierra medirse al filial celeste, por mucho que el entrenador de los coruñeses haya querido aliviar la presión de la cita rebajándola a un encuentro más.

No lo será por significado ni tampoco por momento y trascendencia clasificatoria. Llega justo antes de un parón navideño al que el Deportivo precisa irse reforzado en su liderato y mejorado en sus sensaciones. Especialmente, en las de generación de juego y finalización.

Para este último asunto, Vázquez contará por fin con todo su repertorio principal de atacantes, recuperado Miku y afinados los demás. Beauvue, quien partió con galones de indispensable y disfrutó de seis titularidades consecutivas, vio rebajada su ascendencia en Pasarón. No saltó al césped ante el Pontevedra, adelantado en los planes del míster por un Rui Costa que ha superado el lamentable momento físico en que llegó.

Oportunidad para Rui Costa

«Está en un estado de forma muy diferente. Cada día está más cerca. Cada vez que sale al campo da indicios de que puede ser importante para nosotros», razonaba el viernes su entrenador, entreabriendo para el portugués la puerta del once. Ante los granates, demostró capacidad para circular entre líneas y desmarcarse en profundidad, pese a la insistencia del asistente del colegiado en levantar a destiempo el banderín. Virtudes que exhibió como punta único y que hoy podría refrendar en compañía de Diego Rolan.

El uruguayo se ve a un setenta por ciento de su mejor nivel y aún así es, con diferencia, la mejor baza blanquiazul para romper al Celta B. Un adversario con mejores registros a domicilio, ya que en condición de visitante solo ha perdido uno de sus tres encuentros, en los que apenas ha encajado dos tantos. El Deportivo lo ha ganado todo como anfitrión.

Un dominio numérico que tiene el pero de la racanería en el fútbol combinativo y la anotación. Para apañar lo segundo hay variedad de recursos. Para rectificar en lo primero, no basta con el abanico goleador. «No depende exactamente de los puntas que el equipo pueda jugar más o menos bien. Lo que hace a un equipo más vistoso es que tenga un ritmo alto», advertía Fernando Vázquez el viernes, sosteniendo que el cambio está próximo: «Hemos dado algún paso adelante en ese sentido».

No podrá emplear esta vez los costados para avanzar aún más. Considera que sin Lara ni Keko carece de extremos puros y los laterales habituales no son propensos a las alegrías ofensivas. La diferencia debería marcarla el carril central, donde se barrunta una consolidación del rombo como estructura en torno a la que darse una alegría para cerrar un (otro) año que obliga a remontar.

Alineaciones probables

Deportivo: Abad; Bóveda, Mujaid, Granero, Salva; Borges, Uche, Gandoy; Galán; Rolan y Rui Costa

Celta B: Iago Domínguez; Ferrarés, Lucas, Carlos Domínguez, Pampín; Bruninho, Markel, Holsgrove, Alfon; Justo y Josipovic.