El Dépor insta a Rolan a negociar

TORRE DE MARATHÓN

GONZALO BARRAL

El club exige revisar su contrato al uruguayo, con un salario desorbitado ya en Primera, zarandeado por la inestabilidad del mercado y ahora por la pandemia

08 oct 2020 . Actualizado a las 13:09 h.

El Deportivo estaba a punto de jugar su primer partido fuera de casa del verano del 2017 y el fichaje de mayor complejidad del último lustro se anunció por boca del presidente del Girondins de Burdeos, Stéphane Martin. Diego Rolan (Montevideo, 1993) jugaría de blanquiazul a partir del verano siguiente. Pero antes se iría cedido al Málaga una temporada. A la rocambolesca operación -con un largo contrato hasta el 2022- no le sucedió aclaración alguna y el caso Rolan inició una deriva marcada por los caprichos del mercado, los intereses cruzados entre los clubes, el jugador y sus representantes y, ahora, las estrecheces de la pandemia, que complicaron una venta cantada en otras circunstancias. La crisis del covid (sin público en los estadios) redujo los presupuestos y salarios, dinamitó traspasos y puede llevar al internacional a jugar en Segunda B los próximos meses. El último día del mercado veraniego de fichajes, con permiso para no haber entrenado hasta ahora con el equipo que le paga, Rolan terminó con el dorsal 22 asignado para la competición que empieza dentro de 11 días. Aunque el cartel de transferible todavía cuelga del delantero, en permanente estado de interinidad.

El Deportivo pagó cinco millones y medio de euros por el uruguayo, cuyo salario le costaba al club otros dos millones por curso en Primera, y bastante menos en Segunda. En los últimos días se frustraron las posibilidades de traspaso, primero a su último equipo, el Bravos de Juárez -que en abril estaba dispuesto a pagar cuatro millones por su pase-, luego al Nimes y a última hora hasta una cesión al Girondins. Así que hasta se sopesó la opción de forzar la resolución unilateral de un contrato desorbitado para la categoría en la que jugará el club coruñés. Pero se abriría un frente judicial que el Dépor quiere evitar.

En cambio, el club aboca a Rolan a renegociar su sueldo para Segunda B, como le instó ayer el asesor deportivo blanquiazul, Richard Barral, quien aseguró que así había realizado la práctica todalidad de la plantilla con contratos en vigor. «Hay una realidad distinta en el fútbol después del coronavirus, por los precios y traspasos que se pagan, desde Primera hasta las categorías más bajas (...). Todos los jugadores que se quedaron del año anterior tenían unos contratos en Segunda, no tan altos como el de Rolan, pero con todos hubo que renegociar. Con unos en años, con otros en primas por ascenso o en una serie de objetivos. Y el de Rolan también se renegociará», advirtió Barral, que añadió: «En Segunda B pagamos salarios de Segunda B (...). Ningún jugador de la plantilla va a cobrar el salario que tenía. Ni uno solo».

Sin entrenar en Abegondo

Ahora, Rolan debe incorporarse a los entrenamientos, pero sin que se dé por completamente descartada su salida en función de las posibilidades del mercado. Es decir, como todos los veranos. Esta vez, cerrado el período de contrataciones en las principales ligas, todavía sigue abierto en competiciones como las de Rusia, India y Estados Unidos, entre otras.

Desde el verano del 2017, Rolan ha estado permanentemente en el mercado, con paradas en Málaga (17-18), Leganés, Alavés (18-19) y Juárez (19-20). En julio siempre estaba entre los citados para entrenar, pero luego las necesidades del Dépor, el exceso de extracomunitarios y su elevada ficha para cumplir el tope salarial fueron los argumentos para negociar sus cesiones. El verano pasado, su salida al Juárez -al liberarse su ficha y parte de su amortización en el tope salarial- facilitó al Dépor hasta cinco incorporaciones el último día de mercado. Los préstamos del uruguayo reportaronal club más de tres millones, con lo que el precio de su traspaso se fue compensando, al tiempo que se estudiaba una venta que nunca llegó a concretarse.

El futbolista, citado por algunos de los implicados en la operación Oikos por supuestas deudas o por llegar a entrenar en Leganés oliendo a alcohol, declinó jugar en Segunda tanto en el verano del 2018 como en el del 2019. Y reconocía en abril en La Voz que su sueldo le cerraba las puertas del Dépor incluso en caso de permanencia. Pero la pandemia vació las arcas de los equipos y la falta de flexibilidad al negociar de algunas de las partes hizo el resto. El culebrón de Rolan continúa.