El nieto de Fernando Vázquez y la ruleta rusa

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

20 jun 2020 . Actualizado a las 21:03 h.

Fernando Vázquez es un entrenador cercano a los jugadores. Un tipo que trata a los suyos con mimo y proteccionismo. Que ejerce de viejo profesor y le gusta ver más allá del presente. Y, de esta manera, nada más llegar, adoptó con cariño a Mollejo. Buscaba un lateral izquierdo con recorrido, lo encontró en el manchego y habló con él. Le dio una lección teórica de lo que es la vida del futbolista. Del camino hacia el éxito. Y lo convenció.

«Faleille como lle falaría a un neto», tiene comentado el técnico en círculos cercanos. Le hizo ver el diferente coste que tiene el llegar a lo más alto, dependiendo de la demarcación. Y que, con sus cualidades, entendía que podía llegar a ser un buen extremo o punta. Sin embargo, le hizo ver que trabajando duro y reseteando su cabeza, podía llegar a ser un excelente lateral. Pasar de bueno a excelente. Ayer, tras errar en el segundo gol del Rayo, volvió a hacerle reflexionar. Esta vez, sobre la importancia que los fallos tienen a la hora de curtirse. Que deben servir para crecer y no para venirse abajo.

La respuesta del nieto fue una muy completa segunda parte, con gol incluido, para redimirse. «Me caigo y me levanto», escribió al acabar el partido Mollejo en sus redes sociales. Lección aprendida.

La actuación del joven futbolista de 19 años fue un ejemplo de la ruleta rusa a la que el Dépor viene fiando su suerte en cada partido. Desde que retomó la competición, en cada encuentro coge la pistola, da vueltas a su tambor y dispara. De momento, va sorteando el peligro. Pero que nadie olvide que siempre hay una bala.