Ni con Ba, ni sin Ba. Ni con una línea de cinco, ni con la de cuatro. El Deportivo seguirá siendo una ruina como equipo mientras siga siendo una coladera. El ritmo de encajar cinco goles cada dos partidos solo conduce a Segunda B. Y seguro que es algo que ahora mismo preocupa mucho a Fernando Vázquez. No es propio de un conjunto profesional encajar los dos goles que recibieron los coruñeses en la primera mitad. El 0-1, a los 30 segundos, en una descoordinación y una falta de concentración lamentable de toda la zaga; y el 0-2 en un fallo de alevín de Mollejo. Y hubo más, en esa primera mitad para olvidar, como un error en la salida de balón de Peru que le regaló el balón al mejor jugador rayista, Trejo. Solo cabe agarrarse a que este equipo sabe defender cuando se lo propone, lo demostró en enero y febrero; y a que la profundidad de banquillo y el talento de los jugadores del Deportivo son superiores a los de todos los equipos de la zona baja. Concentración y confianza. Hay mucho en juego.