Desarrolla un sistema de limpieza por ozono tras sufrir el azote de la crisis en su restaurante y su constructora

L. Balado

La carrera de Laure (Madrid, 1985) en el Deportivo podría trazarse con tres líneas maestras: la de la disciplina, la de la versatilidad y la de la tenacidad. Las tres juntas, fueron las señas que le valieron un hueco en la historia reciente de la banda derecha de Riazor y que, ya alejado de A Coruña, sigue demostrando más allá del fútbol.

El Laure ciudadano y empresario ha sabido aprovechar las lecciones que le ha dado el balón. También durante esta crisis de la que va saliendo indemne. «He tenido la suerte de que a mí y a mi familia no nos ha tocado lidiar con el virus. Pero es verdad que hemos vivido incertidumbre y malestar porque hay mucha tensión y mucha gente nerviosa. Trato de llevarlo lo mejor posible y cumpliendo las normas a rajatabla», dice demostrando que la disciplina que le valió una larga carrera con el Deportivo también es su aliada en la crisis sanitaria.

Su tenacidad y su versatilidad también. El estado de alarma puso en jaque los negocios paralelos que el lateral del Alcorcón compagina con el fútbol. Una empresa de construcción con 40 empleados y un restaurante con quince personas en nómina. Cuando la crisis sanitaria abrió el paso a la económica, a Laure y a sus socios les tocó reaccionar. «Se nos pararon muchos proyectos y teníamos que intentar reinventarnos para salir adelante».

Pese a tener dos empresas de sectores tan distintos, hicieron encajar el puzle logístico, aprovechando sus medios para trazar un plan de economía de guerra.

Ingenio para cumplir los protocolos impuestos por sanidad

Todo comenzó cuando trataban de buscar un plan para rescatar el restaurante. «Nos preguntábamos si cuando terminase esto, la gente iba a seguir viniendo o no, si se iba a sentir segura», recuerda. Pensaron como solución que su constructora GS Group desarrollase un sistema de desinfección a base de ozono al servicio de la hostelería. «El ozono lleva muchísimos años usándose en quirófanos y para el lavado de coches», explica detallando cómo ha funcionado tradicionalmente esta maquinaria: «Nosotros lo que hemos creado son los arcos de desinfección para personas, alimentos y animales».

Una puerta para cumplir con los protocolos que el Ministerio de Sanidad ha propuesto para los negocios hosteleros, que son complejos y minuciosos. «Una vez el trabajador entra en el local, no puede salir para nada. Cada alimento, cada producto que entre: refrescos, o lo que sea, todo se tiene que desinfectar de manera individual. La idea surgió un poco por ahí», explica el carrilero alfarero. «Empezamos a investigar, contratamos a dos químicos. Estamos muy metidos en el producto porque creemos que es una necesidad y confiamos en que va a ayudar muchísimo a reactivar muchas pequeñas y medianas empresas».

Los pedidos se agolpan y su reinvención apunta a que será rentable. Los precios de estos aparatos varían en función del modelo y su necesidad. Todo logrado en un tiempo récord. «La idea la teníamos. Fue un proceso rápido pero complicado hasta que dimos con este sistema en el que confiamos mucho», detalla. Ahora esperan que Sanidad les dé el visto bueno para la homologación del agua ozonizada pulverizada que acabe con el virus y que se puede pulverizar sobre el ser humano, ya que el gas, sin la mezcla con el agua, es tóxico. «Trabajamos a contrarreloj, deseando que nos den el okey, porque en muchos países el ozono está catalogado pero aquí no aparece por ningún lado y necesitamos que se pronuncie para hacerlo bien», asegura. Laure ha vuelto a demostrar que en la vida, como lleva haciendo en el fútbol desde que dio el salto del Fabril al primer equipo, sabe encontrar soluciones.

El jugador advierte del riesgo por el contacto con los asintomáticos con la vuelta de la Liga

El defensa es optimista y cree que la próxima semana podrían disponer ya de la solución definitiva. «Ya lo estamos comercializando. Necesitamos el visto bueno del laboratorio, porque es el desinfectante más potente del mundo. Creo que esta semana los tendremos. Tenemos muchísimas peticiones y seguimos produciendo».

Mientras espera, se asoma la competición. El Alcorcón de Laure era el noveno clasificado de Segunda División cuando el coronavirus detuvo el fútbol. Pese a que los alfareros tienen atada en buena medida la permanencia, les tocará jugar y el exdeportivista lo asume con naturalidad. «Estoy tranquilo porque siempre he dicho que en cuanto Sanidad dé su autorización, nosotros somos unos trabajadores más y tenemos que estar en disposición», valora. El madrileño cree que los protocolos elaborados por la patronal del fútbol 2 son de máxima seguridad», aunque advierte: «Luego hay que llevarlas a cabo y ver quién hace que se cumplan, quién los revisa, pero creo que los protocolos están bien, pensados para minimizar todo riesgo y esperamos que funcionen». El gran quebradero de cabeza —como se está viendo estos días en Alemania— son los asintomáticos. Libres de la enfermedad, pero vectores de contagio. «Los asintomáticos son los más peligrosos porque pueden infectar. Es verdad que en la Liga habrá que asumir algún tipo de riesgo como cualquier otro trabajador y tenemos que tomar todas las medidas posible», comenta.

No obstante, cree que el regreso del fútbol puede ser un alivio para una parte importante del país: «Socialmente desarrollaremos una labor importante en estos momentos».