Lo sucedido hoy en Soria pone por fin en relevancia el aspecto táctico tan denostado hasta el momento, que gana relevancia gracias a los tres puntos y a lo visto sobre el césped de Los Pajaritos. Con los mismos futbolistas se ha podido apreciar una puesta en escena totalmente diferente, siguiendo la máxima de que si no se pueden cambiar los jugadores siempre queda el recurso de cambiar al menos el sistema. El fruto de la decisión ha sido importantísimo a todos los niveles.
Permite, para empezar, dotar de confianza al equipo, que ha ganado en solidez. La línea defensiva ha estado muy bien, muy arropada, minimizando muchísimo los errores, pese a las pocas sesiones de entrenamiento. Las carencias a nivel técnico de algún jugador siguen estando ahí, pero lo corregible en tan poco margen, se ha corregido. Al estar más juntos y con la línea más poblada, hay tiempo para enmendar fallos de los compañeros.
Y a partir de ahí, la línea de medio campo ha jugado con la seguridad que aporta tener las espaldas bien guardadas y así ha podido crecer a nivel ofensivo. Se ha sentido con la libertad y la posibilidad de hacer cosas. Se ha visto a Peru soltarse en ataque, y fases de muy buen juego, especialmente en el inicio de la segunda parte, con criterio en la medular.
En ataque, destacar la movilidad y la actitud irreprochable de Mollejo, esta vez estuvo muy bien acompañado por un Aketxe muy participativo y las ya referidas incursiones de Peru. Contar con Valle hace además que en realidad juegues con dos puntas, aunque sea de forma asimétrica, coronando una puesta en escena esperanzadora.