Jueves, día 26. Tras una jornada con numerosas reuniones, el consejo de administración de Zas llega al convencimiento de que debe buscar una solución y abandonar el club antes de la junta de accionistas del día 14. Otros se encargarían así de tomar las medidas que consideren necesarias para poder llevar a cabo cambios de forma inmediata en el club y el primer equipo.
Día 27. A primera hora de la mañana, los aún consejeros del Deportivo se reúnen para estudiar una fórmula de salida y que alguien asuma de inmediato las riendas de la entidad. En la cita también participa Juan Carlos Rodríguez Cebrián como interlocutor de la candidatura de Fernando Vidal. Este fue el único accionista que se postuló en la pasada junta a hacerse cargo de la entidad.
La reunión se prolonga hasta más allá de las doce de la mañana. Hay momentos de tensión y las negociaciones están a punto de romperse en varias ocasiones. Tanto, que las dos partes se dan un receso poco antes de las doce y media. En el club también está Richard Barral, quien abandona las oficinas muy serio. Solo diez minutos después salen Zas y sus consejeros. Todos con el mismo gesto grave.
Tardan media hora. A su regreso los rostros ya no denotan la misma tensión. Hay incluso alguna sonrisa antes de entrar en el portal. Poco después, vuelve Rodríguez Cebrián, esta vez acompañado por el que será nuevo presidente del Deportivo, Juan Antonio Armenteros, junto a, entre otros, el venezolano Ricardo González. Detrás de ellos, Richard y el inminente secretario del club, José Luis Queijeiro. Apenas pasan diez minutos en el club antes de volver a salir.
Sobre la una y media Zas y sus colaboradores dejan la Plaza de Pontevedra. «Vamos a la notaría», afirman. Ya no pasa una ahora antes de que el club anuncie la renuncia definitiva y la formalización de su relevo.
Ya por la tarde, el nuevo consejo presidido por Armenteros se reunió por primera vez en la sede del club antes de emitir su primer comunicado, en el que anuncian que solo adoptarán medidas necesarias de forma inmediata para la supervivencia del club, al tiempo que critican la «pasividad» mostrada por el consejo saliente.
A las nueve en punto de la noche, llegaría la destitución de Luis César como entrenador del primer equipo, sin que hubiera relevo oficial en el banquillo.