La honrosa retirada de Paco Zas

TORRE DE MARATHÓN

César Quián

28 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La historia, que no perdona, lo recordará como un breve presidente que dejó al Deportivo colista de la Segunda División tras apenas siete meses de mandato. Porque el paso del tiempo borrará los pequeños o grandes detalles que acompañaron la llegada, la estancia y la salida de Paco Zas del Deportivo cuya presidencia pasó de ser su sueño a su gran pesadilla.

Tras la dimisión de Tino Fernández, el que fuera futbolista del Fabril asumió el reto de presidir un club con una deuda obscena, con un grupúsculo manipulado dispuesto a hacer ruido sin darle tregua, y cuyo primer equipo estaba a punto de quedarse fuera del play-off de ascenso a Primera.

Y, aunque casi se produce el milagro, no hubo el ansiado regreso a la categoría de oro del fútbol español y todo empezó a volvérsele en contra.

Su gran pecado fue no ver más allá de su ansia de ayudar al club. Cometió errores. Seguro que muchos. Algunos por miedo a hacer daño al club. Uno de ellos fue no ser él mismo. Prefirió apostar por el perfil bajo y no pegar un puñetazo encima de la mesa frente a los dos principales directores del club: el general y el deportivo. El resultado, un equipo colista de la Segunda División con los peores registros de su historia.

Intentó reconducir la situación tomando el mando. Poniendo entrenador y dándole poderes. Mirando hacia otro lado cuando el ambiente era insostenible. Y presentando la dimisión cuando entendió que a lo mejor un cambio podía servir como revulsivo.

Todo pareció ser inútil. Pero Zas no cesó en su deseo de encontrar soluciones y volvió a anteponer la entidad a su ego. Su marcha antes del 14 de enero es otro gesto de generosidad de quien pasa de los focos y solo mira el bien grupal.

Se apartó a un lado para dejar trabajar al nuevo consejo de administración. ¿Qué más se le puede pedir? ¿Que firme un convenio que puede marcar un antes y un después en el club cuando él no será el que esté al frente del mismo? ¿Que eche a un entrenador que lleva dos victorias seguidas? ¿Que apueste por un técnico en el que no cree? Por pedir se le puede pedir la luna, pero es injusto obligar a alguien a que asuma riesgos contra los que no se va a poder defender en un futuro.

Paco Zas se va de la plaza de Pontevedra en silencio. Como se apartó de la carrera electoral hace cinco años. Como llegó el pasado mes de mayo al palco de Riazor. Como ha sido en el día a día de los siete meses que permaneció en el cargo. La historia lo recordará como el presidente con el que el Dépor fue colista de Segunda. Pero nadie podrá acusarlo de haberse antepuesto él y su familia al club y haber jugado a la ruleta rusa con el futuro de la entidad.

Sabía a lo que se exponía, lo asumió, le salió mal y supo reconocer su responsabilidad. No necesita más penitencia que ver la clasificación. El resto es una tortura innecesaria.