Lendoiro, el culpable del último drama

TORRE DE MARATHÓN

Marcos Míguez

21 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El día a día del Deportivo, un sentimiento que pasa un examen cada domingo, se salpica de pequeñas y grandes torpezas. Con etapas marcadas por errores graves en la gestión deportiva y presidencias efímeras porque la pelota no entra. De cada partido se hace un mundo, pero los grandes responsables de la crisis de un club son aquellos cuya hipoteca se siente durante años. Hoy está más presente que nunca la huida hacia adelante de Lendoiro, al hacer creer a los más ingenuos que la deuda se solucionaba con más deuda, cuando en realidad con las cuentas infladas y los engaños lo que parecía pretender era alimentar su insólito método de cobrar más cuanto más gastase el club.

El Deportivo vive la segunda gran crisis de supervivencia derivada de la nefasta gestión de Lendoiro. Un despropósito contado al detalle durante años por periodistas de La Voz, confirmado luego por los informes concursales y detallado más tarde por el fiscal de la causa abierta contra Lendoiro por supuestos delitos societarios. Con el presidente del 1%, el club vivió un primer gran riesgo de desaparición en el verano del 2013, cuando pudo caer a Segunda B en los despachos, un desplome que podía haber supuesto su inminente liquidación. Desde entonces, cualquier decisión de los siguientes presidentes ha estado condicionada por una deuda gigantesca, que llegó a los 160 millones de euros y que todavía ronda los 88. Aunque la llegada de Fernando Vidal y un nuevo consejo, los fichajes de enero para intentar evitar el descenso y un plan de viabilidad serio incluso para el caso de la caída a Segunda B han devuelto un aliento de ilusión al deportivismo, el riesgo de liquidación a corto plazo existe. Y es de justicia recordar ahora que el culpable sería Lendoiro, el presidente que se enriqueció mientras un club centenario generaba una deuda que desangraría su viabilidad durante décadas.