El Deportivo y el drama de descender ya en diciembre

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

09 dic 2019 . Actualizado a las 11:51 h.

Ningún equipo del mundo puede ascender en diciembre, ni enero, ni en febrero. Pero el Deportivo está a punto de convencer al mundo de que se puede descender antes de consumir siquiera la mitad de una liga. Una tormenta perfecta parece anticipar el drama: el pésimo diseño de la plantilla realizado por el director deportivo que Tino Fernández dejó atado al puesto, Carmelo del Pozo, la indigencia futbolística que han mostrado los jugadores durante meses, la incapacidad para encontrar una reacción por parte de los dos entrenadores, Anquela y Luis César, y hasta el desnorte de un sector de la afición convencido de que incendiar el ambiente (con pintadas en el estadio y la casa de algún empleado) puede solucionar algo en lugar de convertir Riazor en un lugar al que pocos profesionales quieran llegar en enero.

Si no está descendido aún el Deportivo, no hay duda de que necesita un cambio radical, el que va de sumar 12 puntos en 18 jornadas, a convertirse de repente en un equipo imparable para la categoría. Y parece utópico pensar que eso vaya a suceder haciendo lo mismo o parecido con parecidos o idénticos protagonistas.

Y ahí radica otro drama para el deportivismo. Carcomido por una deuda de más de 80 millones de euros heredada de Lendoiro, sin margen de maniobra por los contratos heredados de la etapa de Tino Fernández, ¿qué puede hacer el actual consejo de administración? Poco o nada si no encuentra recursos económicos para poder fichar y tomar decisiones deportivas urgentes. Porque el corsé económico de la Liga impide inscribir jugadores si el dinero no aparece antes. Le toca a Paco Zas encontrar la solución.