Diego Caballo quiere jugar en Huesca, apenas cinco días después de ser operado de una fractura en la nariz

Iván Antelo A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

Marcos Míguez

Hoy se ejercitó unos minutos con el readaptador y mañana lo hará con normalidad, con una máscara, con la intención de ser uno más el domingo en El Alcoraz

22 ago 2019 . Actualizado a las 19:34 h.

Diego Caballo quiere jugar en Huesca. Y lo hará, si Anquela y los servicios médicos no frenan sus ansias por mantener la titularidad en el equipo que le ha permitido llegar al fútbol profesional. El lateral salmantino saltó este jueves unos minutos al césped de la ciudad deportiva de Abegondo, junto al readaptador físico, y su idea es entrenar mañana viernes, a plenitud, con una máscara con la que también disputaría el encuentro del domingo (19 horas, Gol) en El Alcoraz. Lo haría apenas unos días después de ser operado de una fractura en la nariz, sufrida en la jornada inaugural de Segunda División contra el Oviedo.

Todo era felicidad en los compases finales del partido del domingo. El Dépor acababa de anotar el 3-2 y se afanaba por defender con uñas y dientes ese resultado, con Riazor entregado. Y en esas también estaba Diego Caballo, hasta que chocó contra el oviedista Sangalli, en una acción que motivó que el partido estuviera parado varios minutos. El lateral izquierdo salmantino sufrió una fractura de los huesos propios de la nariz, de la que fue intervenido quirúrgicamente el lunes.

Después de dos días de reposo, hoy jueves, el jugador saltó al terreno de juego de Abegondo junto al readaptador físico y manifestó su intención de jugar, si Anquela y los médicos se lo permiten. Para convencerlos, el exfabrilista probará mañana viernes con una máscara y también el sábado, en una sesión que podría ser ya en Huesca (falta la confirmación oficial del plan de viaje del Dépor).

Schär, en la memoria

Los servicios médicos del club blanquiazul todavía tienen muy presente la experiencia reciente con Schär, en unas circunstancias parecidas. El central suizo sufriera una fuerte contusión (menor, por tanto, que la fractura de Caballo) en el mes de diciembre del 2017 en un partido contra el Las Palmas y jugó con máscara de fibra de carbono. 3 días después contra el Sevilla. Una protección que luego se quitaría en el transcurso del duelo, porque decía que le resultaba molesta.

Pero ha habido más ejemplos en el mundo del fútbol. El barcelonista Rafinha se fracturó la nariz en el 2017 y estuvo diez días fuera antes de regresar a la competición, con máscara durante varios partidos. Un accidente doméstico también provocó la rotura de los huesos propios de la nariz de Pedro Rodríguez, en el año 2015: «Su mujer no tuvo nada que ver», bromeara entonces su técnico en el Chelsea, Guus Hiddink, que utilizó al internacional español, con máscara, en los siguientes partidos. Diego Costa, Azpilicueta, Godín, Puyol, Manduzkic, Fernando Torres, Thiago Silva, John Terry, Lewandowski, Cesc Fábregas, Cahill o Nemanja Matic fueron otros de los futbolistas que jugaron en su día con protección de fibra de carbono.

En caso de que Anquela o los médicos no vieran prudente la participación de Caballo, la alternativa en el lateral izquierdo pasaría por Luis Ruiz, fichado hace 3 semanas, y que cuenta con 82 partidos de experiencia en la categoría de plata en equipos como el Leganés, Cádiz y Lugo.